La medicina tradicional herbolaria en Cuba

La medicina tradicional herbolaria en Cuba, posee elementos y características comunes con las de otros países, en ocasiones de muy lejanas latitudes y diferentes costumbres.
Cuatro culturas constituyen las influencias principales de las características de la medicina tradicional herbolaria en Cuba: la aborigen, la europea, la africana, y la asiática; las cuales influyeron desigualmente, a través de los años en un proceso de transculturación, en el que simultáneamente se emplearon plantas típicas de la medicina tradicional de cada una de esas culturas.
Influencia aborigen. Debido a que los aborígenes cubanos fueron exterminados por los conquistadores en los primeros cincuenta años de la Conquista, las evidencias de su influencia en la medicina tradicional herbolaria son pocas, pero a través de los Cronistas de Indias, y de algunos autores posteriores puede conocerce que empleaban especies como el almácigo (Bursera simaruba (L.) Sarg.), la bija (Bixa orellana L.), y la güira (Crescentia cujete L.), y que su medicina se basaba en la ingestión de infusiones o decocciones preparadas con plantas medicinales; vomitivos, dietas, y masajes; todo acompañado con prácticas mágicas.
Influencia europea. En los primeros núcleos colonizadores españoles en Cuba, los medicamentos disponibles se limitaban a los que habían podido traer consigo y posteriormente, a la aplicación de remedios a partir de productos nativos, fundamentalmente vegetales, resultado de la extrapolación de sus conocimientos sobre las propiedades de la flora medicinal hispánica a nuestras especies. Estos españoles, junto a la utilización con fines medicinales del mercurio, el opio, el ruibarbo, los vejigatorios y antiflogísticos, el vinagre de Castilla y el nitro, que estaban en boga en la Europa del Siglo XVI, trajeron sin duda a Cuba algunas especies medicinales que como la ruda (Ruta chalepensis L.), el romero (Rosmarinus officinalis L.), y la mejorana (Origanum majorana L.), que son de amplio uso en la actualidad en la medicina herbolaria en Cuba, y cuya llegada se pierde en el de cursar de los tiempos.

Influencia africana. La introducción de mano de obra esclava durante más de tres siglos, para el desarrollo de la industria azucarera, determinó la presencia en Cuba de más de un millón de africanos y sus descendientes directos provenientes de más de ochenta etnias diferentes y de diversas regiones de Africa; de ahí la compleja y marcada influencia cultural africana en la utilización popular de especies medicinales al igual que en numerosas esferas de la cultura cubana como la música, la danza, la plástica, y la religión.
Entre estas variadas influencias se distingue la mayor presencia de un aporte cultural yorubá (lucumí), seguido por lo que hoy puede identificarse como bantú (congo), y carabalí; y en una menor proporción, por los africanos que en Cuba se denominaron ararás.

Tres cultos sincréticos, de origen africano, han contribuido notablemente a la divulgación y utilización de especies vegetales con fines medicinales y mágicos: la Santería o Regla de Osha, el Palo Monte o Regla Conga, y la Sociedad Secreta Abakuá. Todos, en un mayor o menor grado, y con una acentuación mágica más o menos marcada, utilizan gran cantidad de especies vegetales con fines medicinales y mágicos. Algunas de ellas como la ceiba (Ceiba pentandra (L.) Gaertn.), la palma real (Roystonea regia (Kunth) O. F. Cook., y el coco (Cocos nucifera L.), alcanzan niveles totémicos.

Influencia asiática. La conjugación de numerosos factores económicos, pero fundamentalmente el interés de Inglaterra en eliminar la trata negra, condicionó la llegada a Cuba, a partir de la primera década del Siglo XIX, de millares de colíes chinos bajo un contrato laboral que encubría condiciones de semiesclavitud. Esto provocó el establecimiento de una fuerte colonia asiática en Cuba, con una amplia representación en La Habana. Estos chinos trajeron su milenaria cultura en la utilización de especies con fines medicinales, y algunos como Chao Pon Piank, y Kan Shi Kon, llegaron a ser médicos notablemente reconocidos por la población cubana. La gardenia (Gardenia jasminoides Ellis), el paraíso (Melia azedarach L.) y el cundeamor (Momordica charantia L. subsp. abbreviata (Ser.) Grebenšč, constituyen especies que probablemente incorporaron estos chinos a nuestra herbolaria tradicional, y que todavía son constituyentes de numerosos medicamentos herbolarios que aún los descendientes de esos asiáticos consumen en Cuba.
Otras influencias. Menos marcadas, pero no insignificantes, son las influencias de algunos pueblos cuyos representantes arribaron a Cuba por diversas causas y en diferentes épocas, durante los últimos siglos.
Hay que destacar, entre ellas, la llegada a Cuba, a finales del Siglo XVIII y principios del XIX de miles de inmigrantes franceses y franco-haitianos que se establecieron en las regiones oriental y occidental del país, trayendo con ellos la introducción de gran número de especies vegetales para diversos usos.
Una influencia amerindia, es la aportada por millares de indios yucatecos traídos en condiciones de semiesclavitud a mediados del Siglo XIX, producto de las guerras de castas de Yucatán, los que aportaron sus métodos de cultivo y la forma de utilización de plantas para diversos fines.Otra influencia asiática es el aporte de numerosos japoneses asentados en Cuba, fundamentalmente en la Isla de la Juventud a principios del Siglo XX.
No puede olvidarse, que la población de Cuba posee muy diversos orígenes, por lo que los aportes de muchos pueblos, no sólo a la utilización de especies medicinales, sino también de las plantas en general, así como a las más diversas manifestaciones culturales, son prácticamente desconocidos aún.