Por: MSc. Fidel Díaz Sosa (Profesor de la UCMVC. Departamento de Filosofía).
Cada tercer jueves del mes de noviembre celebramos el Día Mundial dela Filosofía, iniciativa dirigida a promover el estudio, el debate y la reflexión en torno a los problemas que afectan la relación hombre-mundo en los inicios del siglo XXI.
Pudiéramos plantearnos una interrogante esencial: ¿En los albores del tercer milenio de la era cristiana nos sigue siendo necesaria la filosofía?
La más somera mirada a esta interrogante esencial nos permite responder afirmativamente. Ya Fidel Castro en su muy conocido discurso en la UniversidaddeLa Habana el 17 de noviembre de 2005 nos advertía que no vivíamos en el mejor de los mundos posibles, esto se traduce en que hoy se da una marcada contradicción que podemos resumir del siguiente modo: vivimos en un mundo signado por el altísimo desarrollo de la ciencia y la tecnología, la era de la cibernética y la computación nos abre insospechados horizontes en todos los campos de saber humano, los telescopios gigantes descubren galaxias a miles de millones de años luz de nuestro planeta, Internet nos acerca y nos comunica, un pequeñísimo dispositivo almacena más información que las más grandes bibliotecas, hemos completado el mapa del genoma humano y la genética nos muestra un mundo de infinitas posibilidades, las tecnologías de la comunicación asombran, viajamos al espacio o al mundo submarino, entre otras tantas cosas que sería interminable enumerar, pero no hemos podido construir una sociedad sobre la base del más elemental respeto al otro, ni hemos aprendido a convivir armónicamente con la naturaleza.
Junto a la más escandalosa riqueza, el derroche y el consumismo desenfrenado encontramos la más absoluta pobreza y la falta de lo elemental para el sostenimiento de la vida, junto a las nuevas tecnologías de la comunicación casi mil millones de seres humanos no saben leer y escribir, junto al portentoso desarrollo de la ciencia encontramos la entronización de la irracionalidad, la violencia, la pérdida de valores, la deshumanización del hombre.
Es en este contexto en que la reflexión filosófica nos es necesaria. Necesitamos replantearnos los referentes y los presupuestos de la sociedad que necesitamos, estamos urgidos de un pensamiento que, sin renunciar de lo universalmente humano, nos abra espacios para el desarrollo de lo autóctono, un pensamiento desalienador y por tanto liberador que sirva de base para el desarrollo del hombre. La filosofía, como conciencia crítica de la sociedad tiene una gran responsabilidad en ello y una importante tarea. De lo que se trata es de contribuir a superar la crisis de espiritualidad el que cinco siglos de capitalismo han provocado, de construir unas relaciones sociales nuevas y un nuevo ser humano, en ello va la supervivencia de la especie.
Cuba, inmersa en un profundo proceso de cambios dirigidos a perfeccionar su sistema social, necesita también se este pensamiento como fundamento del modelo social que estamos actualizando.
En este nuevo tercer jueves de noviembre recordamos a nuestro Martí cuando dijo: “Debe tomar el hombre la Filosofía, no como el cristal frío que refleja las imágenes que cruzan ante él: sino, como el animado seno en que palpita, como objeto inmediato y presente, la posible acomodación de lo real de lo que el alma guarda como ideal anterior, posterior y perpetuo”.