Respuestas de José Martí ante interrogantes cardinales de nuestra época revolucionaria

Wilkie Delgado Correa

Todos los días estamos inmersos en la historia, de ahí esta conversación contemporánea con el Héroe Nacional de Cuba

Todos los días estamos inmersos en la historia o andamos con ella entre pecho y espalda, con la acción y el pensamiento. Y es que la historia fluye al igual que la vida, desde el ayer al hoy, y desde el hoy al futuro. Por eso vivimos con un mundo físico y humano sobreañadido al propio de nuestras existencias, que de esta forma adquieren una riqueza y dimensión mayores. Así, el tiempo más que empequeñecernos, nos agiganta con su caudal de paisajes y espacios, de hechos e ideas en que los mundos físicos y humanos se funden.

Por esta razón, al adentrarnos en la historia, quiérase o no, se interactúa, se intercambia, se dialoga, se pregunta o se responde de las formas variadas en que cada ser humano tiene capacidades, posibilidades y propósitos para ello. Por tanto, más que intentar asomarnos a la historia como espectadores, se debe penetrar en ella hasta sentirnos como coetáneos activos del tiempo en que se incursiona.

De ahí que acuciado por los acontecimientos y realidades actuales de nuestro país y del mundo, nuestros pasos vayan, camino de la historia, guiados por inquietudes que buscan el encuentro con una respuesta verdadera, un juicio definitivo y una defensa irreductible.

De esta manera es que llegué a concebir una larga conversación contemporánea con José Martí, en que mis preguntas tenían una respuesta cabal y contundente. Y eran respuestas textuales de ayer, válidas y necesarios hoy, pero vigentes siempre. El texto ha sido publicado con el título de Una conversación contemporánea con el Héroe Nacional de Cuba.

De aquellas cosechas y otras nuevas interrogantes se escogen estas preguntas y respuestas cardinales de ahora.

Por eso poseen un valor mayor para nuestro pueblo, ya que pienso que cuando es necesario proteger a la patria de ataques y heridas mortales, urge levantar el escudo frente al enemigo que se encima para cumplir su papel de victimario. Ese escudo puede ser un pedazo de historia, un gesto, una voz, un hecho, un arma, una idea, pues con todo eso se defiende a la patria acechada o agredida.

¿Quién fue José Martí y Pérez? José Martí nació en La Habana el 28 de enero de 1853 y cayó en combate en Dos Ríos, provincia de Oriente, el 19 de mayo de 1895, fue fundador del Partido Revolucionario por la Independencia, líder y jefe de la guerra desatada en 1895, designado Mayor General en los campos de Cuba, Maestro y Apóstol de nuestra lucha independentista, y Héroe Nacional.

Es conocido que después del asalto al cuartel Moncada el 26 de julio de 1953, Fidel Castro afirmó que Martí había sido el autor intelectual de aquella acción armada, y en su alegato de defensa, titulado “La Historia me Absolverá”, expresó qué hubiera sido de Cuba si hubiera dejado morir al Apóstol en el año de su centenario.

Empecemos, pues, esta conversación contemporánea singular con José Martí, basada ahora en estas preguntas seleccionadas.

1.W- Maestro, vivimos hoy como antes tiempos difíciles en los cuales está en juego la existencia misma de la patria. ¿Cómo Ud. interpreta el deber de cada compatriota?

MARTÍ- El deber de un patriota que ve lo verdadero está en ayudar a sus compatriotas, sin soberbia ni ira, a ver la verdad…

…¿Qué deben hacer los verdaderos amantes de la patria…?: Predicar revolución… Estamos aquí para impedir que el enemigo acorrale al abanderado, o caiga en malas manos la bandera:…Aquí somos la vigilancia y el amor, la cordialidad y la centinela, la pasión, razonada por el juicio, de cuanto lleve con decoro el nombre de cubano.

2.W- Ante los planes de los enemigos en todas las épocas, y ahora de los Estados Unidos, la potencia más poderosa del mundo, ¿qué estrategia general Ud. postula?

MARTÍ- A un plan obedece nuestro enemigo: el de enconarnos, dispersarnos, dividirnos, ahogarnos. Por eso obedecemos nosotros a otro plan: enseñarnos, burlarlo, hacer por fin nuestra patria libre. Plan contra Plan. Sin plan de resistencia no se puede vencer un plan de ataque.

3.W- Maestro, hay quienes consideran  que son tan enormes las dificultades, como otros creían frente a España, que el país no le queda otra alternativa que sucumbir ante el poderío de los Estados Unidos.

MARTÍ- Quizás crean que falta a Cuba las dotes superiores, con que han de contar los pueblos para aspirar con éxito a su independencia: la constancia, la abnegación y la unión… En nosotros hay masa pública, que conoce y adora la libertad, que la habla y la escribe, que la razona y la acomoda a lo verdadero, que la defenderá con las uñas y con los dientes… ¡Allí estaremos todos, defendiéndola! No hay placer como el de defenderla: el cubano, antes que la libertad, se arranca la vida.

4.W- Entonces, ¿piensa Ud. que en este asunto el país marcha por buen camino?

MARTÍ- El país va a donde debe… Se calla lo que no es preciso decir… Mucho daño hace en este mundo la cobardía, mucho la indecisión, mucho la política importada… Los pueblos continúan, no retroceden… El cubano sabe que hay un camino al frente, pero no sabe que haya ningún camino atrás… El cubano es indómito… es independiente, moderado y altivo. Es su dueño, y no quiere dueños… A tiempo, y con dignidad, haremos lo que debemos.

5.W- Maestro, y ¿qué de esos que miran hacia el Norte hechizados por las pompas y el poderío?

MARTÍ- Las malas acciones me entristecen, como si las cometiera yo, y las buenas me dan bríos para pelear… Son algunos los vendidos y muchos los venales, pero de un bufido del honor puede echarse atrás a los que, por hábito de rebaño, o el apetito de las lentejas, se salen de las filas en cuanto oyen el látigo que los convoca, o ven el plato puesto…

Hay que cargar los barcos de esos insectos dañinos, que les roen el hueso a la patria que los nutre.

6.W- Maestro, ¿pudiera ampliarnos su opinión sobre las diferencias esenciales entre los cubanos y los estadounidenses y, por lo tanto, la posición ideológica que debemos defender?

MARTÍ- Los norteamericanos posponen a la utilidad el sentimiento.-Nosotros posponemos al sentimiento la utilidad.

Y si hay esta diferencia de organización, de vida, de ser, si ellos vendían mientras nosotros llorábamos, si nosotros reemplazamos su cabeza fría y calculadora por nuestra cabeza imaginativa, y su corazón de algodón y de buques por un corazón tan especial, tan sensible, tan nuevo que sólo puede llamarse corazón cubano, ¿cómo queréis que nosotros nos legislemos por las leyes con que ellos se legislan?

Imitemos. ¡No!- Copiemos. ¡No!- Es bueno, nos dicen. Es americano, decimos.- Creemos, porque tenemos necesidad de creer. Nuestra vida no se asemeja a la suya, ni debe en muchos puntos asemejarse. La sensibilidad en nosotros es muy vehemente. La inteligencia es menos positiva, las costumbres son más puras ¿cómo con leyes iguales vamos a regir dos pueblos diferentes?

Las leyes americanas han dado al Norte alto grado de prosperidad, y lo han elevado también al más alto grado de corrupción. Lo han metalificado para hacerlo próspero. ¡Maldita sea la prosperidad a tanta costa!

Y si el estado general de ilustración en los Estados Unidos os seduce, a pesar de la corrupción, de su metalificación helada, ¿no podemos nosotros aspirar a ilustrar sin corromper?

7.W- ¿Cómo Ud. piensa que debe reflexionar cada cubano como parte esencial de nuestro pueblo?

MARTÍ- El pueblo más grande no es aquel en que una riqueza desigual y desenfrenada produce hombres crudos y sórdidos y mujeres venales y egoístas; pueblo grande, cualquiera que sea su tamaño, es aquel que da hombres generosos y mujeres puras. No es rico el pueblo donde hay algunos hombres ricos, sino aquel donde cada uno tiene un poco de riqueza.

En economía política y en buen gobierno, distribuir es hacer venturosos.

La honradez es el vigor en la defensa de lo que se cree, la serenidad ante las exigencias de los equivocados, ante el clamoreo de los soberbios, ante las tormentas que levantan los que entienden mejor su propio provecho que el provecho patrio.

8.W– Martí, ¿cómo Ud. califica a los Estados Unidos, país vecino cuya política –mala política- ha sido siempre la de interferir los anhelos independentistas y soberanos de nuestro pueblo?

MARTÍ- Vecino esencialmente hostil y diverso…vecino avieso… desdeñoso vecino… Roma americana.

9.W– ¿Cuál es su pensamiento sobre esa política de los Estados Unidos y sobre la política correspondiente de nuestro país?

Martí- Los peligros no se han de ver cuando se les tiene encima, sino cuando se les puede evitar… Para todo hay ciegos, y cada empleo tiene en el mundo su hombre… Pueden creer los hombres superficiales, los hombres ilusorios, los hombres imitativos, que un pueblo fuerte y complacido en su primacía, reconocerá paridad a un pueblo mínimo… Y una vez en Cuba los Estados Unidos, ¿quién los sacaría de ella?… Cambiar de dueño, no es ser libre. Yo quiero de veras la independencia de mi patria.

No deduzco de los vítores que sean reconocidos por los Estados Unidos los derechos cubanos: tengo fe en que el martirio se impone, y que lo heroico vence. Ni esperamos su reconocimiento, ni lo necesitamos para vencer… Pero si los gobiernos se hacen egoístas, y los pueblos ricos se apegan a sus riquezas y obran como avaros viejos, la humanidad es en cambio perpetuamente joven. El entusiasmo no ha tenido nunca canas… Podrán los gobiernos desconocernos, los pueblos tendrán siempre que amarnos y admirarnos.

10.W- ¿Algún recuerdo particular que podamos proyectarlo, con sus matices de diferencias, a los tiempos que vivimos?

MARTÍ- De un punto si recuerdo que tratamos más a la larga en nuestra conversación, porque me tenía en aquellos días entre indignado y piadoso, siendo la indignación para con los entendidos, y la piedad para los ignorantes, y fue de los rumores que por entonces corrían en Cuba sobre la anexión de nuestra Patria a los Estados Unidos. Sólo el que desconozca a nuestro país, o éste o las leyes de formación y agrupación de los pueblos puede pensar honradamente en solución semejante, o el que ame a los Estados Unidos más que a Cuba. Pero quien ha vivido en ellos, ensalzado sus glorias legítimas, estudiando sus características, entrando en las raíces de sus problemas, viendo como subordinan a la hacienda su política, confirmando con el estudio de sus antecedentes y estado natural sus tendencias reales, involuntarias o confesas; quien ve que jamás, salvo en lo recóndito de algunas almas generosas, fue Cuba para los Estados Unidos más que posesión apetecible, sin más inconveniente que sus pobladores, que tienen por gente levantisca, floja y desdeñable, quien lee sin vendas lo que en los Estados Unidos se piensa y escribe, quien ama a su patria con aquel cariño que sólo tiene comparación por lo que sujetan cuando prenden y por lo que desgarran cuando se arrancan, a las raíces de los árboles, ése no piensa con complacencia, sino con duelo mortal, en que la anexión pudiera llegar a realizarse, y en que tal vez sea nuestra suerte que un vecino hábil nos deje desangrar a sus umbrales, para poner al cabo, sobre lo que quede de abono para la tierra, sus manos hostiles, sus manos egoístas e irrespetuosas.

He vivido muchos años en los Estados Unidos y he tenido oportunidad de estudiar atentamente y de cerca sus instituciones políticas y su sociedad, he admirado su poder y su riqueza; pero esa admiración no me lleva hasta el servilismo de pensar que el éxito, debido a circunstancias naturales e inevitables, sea originado por superioridad de raza, ni por antecedentes de las instituciones de la época de la colonia.

En Cuba la idea de la anexión…, ha mudado de intento y motivo, y no es hoy más que el deseo de evitar la Revolución. ¿Por qué querer anexarse? ¿Por qué es esta tierra grande, sino por la Revolución? Pero en los días que corren, y en las relaciones de ambas partes, nosotros podremos gozar de los beneficios de la Revolución sin exponernos a sus peligros…

Es la única forma, es la única vía porque podemos llegar tan pronto como nuestras necesidades imperiosas quieren, a la realización de nuestros brillantes y enérgicos destinos.

11.W- Maestro, ya que hemos hablado de política, ¿podría referirse al concepto suyo sobre ella, como parte del quehacer de los pueblos?

MARTÍ- El libro que más me interesa es el de la vida, que es también el más difícil de leer, y el que más se debe consultar en todo lo que se refiere a la política, que al fin y al cabo es el arte de asegurar al hombre el goce de sus facultades naturales en el bienestar de la existencia.

12.W- Maestro, ¿cómo Ud. aprecia la esencia de las relaciones de nuestros pueblos en el contexto del continente americano?

MARTÍ- En América hay dos pueblos y no más de dos, de alma muy diversa por los orígenes, antecedentes, y costumbres, y sólo semejantes en la identidad fundamental humana. De un lado está nuestra América, y todos sus pueblos son de naturaleza y de cuna parecida o igual, e igual mezcla, de otra parte está la América que no es nuestra… De nuestra América se sabe menos de lo que urge saber, aún por aquellos que fungen de opinadores… y celebran a los Estados Unidos con tanta pasión como la que ponen en denigrar a los demás pueblos de América, sin conocer de estos ni de aquellos más que la engañosa superficie…

Los pueblos de América son más libres y prósperos a medida que más se apartan de los Estados Unidos.

El fiel de América está en las Antillas, que serían, si esclavas, mero pontón de la guerra de una república imperial contra el mundo celoso y superior que se prepara a negarle el poder –mero fortín de la Roma americana y si libres- y libres de serlo por el orden de la libertad equitativa y trabajadora – serían en el continente, la garantía del equilibrio, la de la independencia para que la América española aún amenazada, y la del honor para la gran república del Norte.

No a mano ligera, sino con conciencia de siglos se ha de componer la vida nueva de las Antillas.

13.W- Sin embargo, Maestro, hay quienes, dentro y fuera, manifiestan una especie de idolatría hacia los Estados Unidos y restan méritos a nuestros pueblos.

MARTÍ- ¡Oh, no!: la simpatía no puede estar con la boca del león… La yanquimanía … Esos se han manchado ofreciendo a los Estados Unidos pedazos de la tierra nacional o ayuda contra sus repúblicas hermanas…, esos pretenden entregar sus ruinas a un extranjero ávido y desdeñoso…; esos desertores que piden fusiles en los ejércitos de América del Norte…; esos que dicen y viven: que mi patria piensa unirse al bárbaro extranjero…; a los sietemesinos… los que no tienen fe en su tierra son hombres de siete meses. Porque les falta el valor a ellos, se lo niegan a los demás… Oligarquía pretenciosa y nula… (con) un amo yanqui o español, que les cree, en premio de oficio de celestinos, la profesión de prohombres, desdeñosos de la masa pujante…

¡Para todo hay en este mundo imbéciles y viles!… De traidores está América cansada, y que sólo le hablan de su muerte fatal y de su ineptitud… Hay que cargar los barcos de esos insectos dañinos…Es preciso que se sepa en nuestra América la verdad de los Estados Unidos.

14.W- Maestro, ¿pudiera señalarnos quienes han querido la anexión o quieren el sometimiento de nuestro país a los Estados Unidos?

MARTÍ- Es preciso que Cuba sepa quiénes y para qué, quieren la anexión… Esta clase de hombres que favorecen vehementemente la anexión de Cuba a los Estados Unidos… Todos los tímidos, todos los irresolutos, todos los apegados a la riqueza, tienen tentaciones marcadas a apoyar esta solución…

15.W-  Maestro, ¿cómo  es  que Ud. ha podido someter  a análisis tantas facetas de  la realidad política norteamericana, con su madeja de confusiones ideológicas?

MARTÍ-  Viví  en el monstruo, y  le conozco las entrañas,  y  mi  honda  es  la de David.

16.W- ¿Puede confesarnos su más íntima convicción respecto a su misión como ciudadano  de nuestro  pueblo y del  mundo?

MARTÍ-  … nada piden los cubanos al mundo, sino el conocimiento y respeto de sus sacrificios, y dan al universo su sangre (..)  Y al mundo preguntamos, seguros de la respuesta, si el sacrificio de un pueblo generoso, que se inmola por abrirse a él, hallará indiferente o impía a la humanidad por quien se hace.

Yo presiento  que llegan los días grandes,  y no  hago  por mí más que vigilar y estremecerme… porque no han entendido que un pueblo que entra en revolución  no sale de ella hasta que se extingue o se corona.

Ya estoy en peligro de dar mi  vida por mi país,   y mi deber, puesto que lo entiendo  y tengo ánimo con  que realizarlo, de impedir a tiempo, con  la independencia de Cuba, que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos, y caigan  con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de  América.  Cuanto hice  hasta hoy,  y haré,  es para eso. En silencio  ha tenido  que ser, y como indirectamente, porque  hay cosas que  para lograrlas han de andar ocultas… En las manos  de  todos no podemos poner  nuestro pensamiento,  porque sería  lo  mismo que entregarlo al enemigo,  que tiene  tanto lomos a sus pies.

17.W- Maestro,  ¿quisiera  darnos su última advertencia,  alerta o mensaje?

MARTÍ- Lo que tengo que decir, antes que se me apague la voz y mi corazón  cese de latir en este mundo,  es que mi patria posee  todas las virtudes  necesarias  para la conquista y el  mantenimiento de la libertad.

La libertad cuesta muy cara,  y   es  necesario, o resignarse  a vivir sin ella, o  decidirse a comprarla  por su precio…  Ningún beneficio  se adquiere sin gran costo… Que nadie goce de un beneficio cuyo precio  no  ha  pagado…

Unos hombres  piensan en sí más  que  en sus  semejantes,  y  aborrecen los  procedimientos de justicia de que les puedan venir incomodidades  o riesgos. Otros hombres aman a sus semejantes más que a sí propios, a sus  hijos más  que a la misma vida… y se exponen a la  muerte por dar vida a la patria

…Hemos peleado como  hombres, algunas veces  como gigantes, para ser  libres…

Esto es muerte o vida y no cabe errar…;  un error en  Cuba, es un  error en  América, es un error en la humanidad moderna. Quien se levanta hoy con Cuba,  se levanta  para todos  los tiempos.

…de nuestras esperanzas, de  nuestros métodos, de  nuestros compromisos,  de nuestros propósitos, de eso, como del plan de las batallas, se  habla   después  de haberlos dado…

Eso  es lo que debemos hacer  todos juntos, los de mañana y  los  de  ayer,  los convencidos de siempre y los que se vayan convenciendo…; juntos, pues, de una vez,  para hoy y para el porvenir…

Que todos nos ocupemos,  juntos  siempre, en  conocer  lo que tratamos de mejorar,  todos juntos. Que la Patria tiene hoy  una  gran necesidad,  y es desertor el  que no acuda hoy mismo a ella…

De mi  natural inquietud, nada le diré: sepa sólo que mi energía  para obrar  es tanta como  mi prudencia  para decidir. Ni me aloco, ni pierdo minuto. Es  la revolución lo que tenemos  que salvar…

La revolución  nos  salvará. La revolución puede ser. La revolución crece.

A los que a la par que se oponen a la Revolución, admiran a este  pueblo, ¿cómo pudo ser este pueblo lo que  es,  sino  por la  Revolución?

Siento que jamás acabarán mis luchas…  Tengo  razón para ir más contento  y seguro  de lo que usted pudiera imaginarse. No son  inútiles la verdad y la  ternura.

¡Cómo me regocijo al volver hacia atrás  mis ojos,  de no haber  concebido   un solo pensamiento,  ni dicho una sola palabra de intransigencia o de odio, ni siquiera cuando, para encauzar males que no se  podían suprimir,  para  dar forma útil a grandezas adorables, tenía las manos puestas en la  guerra!

No  hay más medio de vivir después de muerto,  haber sido  un  hombre  de  todos  los  tiempos, o  un  hombre de su  tiempo.

Debemos vivir en nuestros tiempos, batallar en ellos, decir lo cierto bravamente,  desamar el bienestar impuro y vivir  virilmente.

Yo moriré sin dolor, será  un  rompimiento interior, una caída suave,  y una sonrisa… Se  ha de vivir y morir abrazado  a la verdad.  Y así,  si se cae, se cae  en una hermosa compañía…  Triunfaremos. 

18.W- Maestro, permítame esta pregunta. Fidel Castro sentía un gran amor y pasión por su ejemplo y sus ideas, y supo interpretar sus más íntimas y generosas convicciones al señalar que una frase suya era para él un escudo personal: “toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz”. ¿Pudiera Ud. extenderse sobre esta afirmación suya contenida en la carta al General Antonio Maceo, el 15 de diciembre de 1893?

MARTÍ- Yo no trabajo por mi fama, puesto que toda la del mundo cabe en un grano de maíz, ni por bien alguno de esta vida triste que no tiene ya para mí satisfacción mayor que el salir de ella: trabajo por poner en vías de felicidad a los hombres que hoy viven sin ella.  

19.W- Maestro, pienso que los pueblos tienen ante sí un reto para poder enfrentar a sus enemigos y triunfar, pues en política son muchos los factores que deciden el curso de la historia. Así vemos, por ejemplo, a los pueblos fragmentados en muchos partidos de todos los colores que los debilitan para alcanzar sus fines más prometedores. Este fenómeno obnubila las conciencias, a pesar de que las ideas sobre la la unidad o unión necesaria deberían ser el norte de todas las estrategias populares trascendentes.

MARTÍ- El problema de la unión revive por siempre la solución urgente y necesaria… Unir es crear… Quien dice unión económica, dice unión política…Ni uniones de América contra Europa, ni con Europa contra un pueblo de América… La unión con el mundo, y no con una parte de él; no con una parte de él, contra otra.   

20.W- Maestro, pero existe una realidad en los pueblos forzados por aspectos ideológicos diversos que atentan contra su felicidad y sus victorias. El General Máximo Gómez fue claro cuando afirmó que “la división en política es la muerte”. ¿Cómo Ud. lo señalarla con una clarividencia salvadora?

MARTÍ- Todo lo que divide a los hombres, todo los que los especifica, aparta o acorrala, es un pecado contra la humanidad… Cuando un pueblo se divide, se mata. El ambicioso ríe en la sombra.                                                                                                                                                                                                                                                                                                        

W. Gracias, Maestro, porque sus ideas han sido sol y luz desde su caída para las grandes batallas que debieron continuar librando los cubanos hasta su triunfo definitivo el primero de enero de 1959 con una revolución que tuvo en Ud. el misterio inspirador y acompañante como un guía y un soldado más para todos los tiempos.                                                                                                                                 

Doctor en Ciencias édicas. Doctor Honoris Causa. Profesor Titular, Consultante y Emérito de la Universidad de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba. Premio al Mérito Científico del MINSAP por la obra de toda la vida.