Raíces y cosechas de la estomatología desde el alegato de Fidel La Historia me absolverá
Wilkie Delgado Correa. Doctor en Ciencias Médicas. Doctor Honoris Causa. Profesor Titular y Consultante. Profesor Emérito de la UCM-SCU. Premio Nacional al Mérito Científico por la obra de toda la vida.
«¿Con qué (un padre) puede comprar ropas y medicinas a sus hijos? Crecerán raquíticos, a los treinta años no tendrán una pieza sana en la boca» Fidel La Facultad de Estomatología en Santiago de Cuba, como sello simbólico, lleva el nombre de «Mártires del Moncada» y cumple su 60 aniversario.
El 26 de julio de 1953 Fidel Castro lideró el asalto al Cuartel Moncada de Santiago de Cuba, cuya semilla de vidas y sangre se diseminó a lo largo del tiempo por toda Cuba. El 16 de octubre de ese año en el juicio por esa causa Fidel protagonizó el asalto triunfante jurídico, ético, político e ideológico, con su alegato titulado La historia me absolverá, que daría sentido a su vida y trazaría el derrotero de Cuba en el porvenir. Con el triunfo de la Revolución el primero de enero empezarían las siembras anunciadas en el alegato y, por supuesto, las cosechas en los años posteriores.
En su alegato hubo de referirse a la salud pública y a otros males sociales de Cuba en el período previo al triunfo revolucionario del primero de enero de 1959.
Entre los seis problemas que se abordaría por la Revolución, en caso de haber triunfado en el Moncada, hubo de referirse «al problema de la salud del pueblo» Y concluía: «He ahí concretados los seis puntos a cuya solución se hubieran encaminado resueltamente nuestros esfuerzos, junto con la conquista de las libertades públicas y la democracia política.»
Su denuncia era irrebatible: «(…) De tanta miseria sólo es posible liberarse con la muerte; y a eso sí los ayuda el Estado: a morir. El noventa por ciento de los niños del campo está devorado por parásitos que se les filtran desde la tierra por las uñas de los pies descalzos. La sociedad se conmueve ante la noticia del secuestro o el asesinato de una criatura, pero permanece criminalmente indiferente ante el asesinato en masa que se comete con tantos miles y miles de niños que mueren todos los años por falta de recursos, agonizando entre los estertores del dolor, y cuyos ojos inocentes, ya en ellos el brillo de la muerte, parecen mirar hacia lo infinito como pidiendo perdón para el egoísmo humano y que no caiga sobre los hombres la maldición de Dios. Y cuando un padre de familia trabaja cuatro meses al año, ¿con qué puede comprar ropas y medicinas a sus hijos? Crecerán raquíticos, a los treinta años no tendrán una pieza sana en la boca, habrán oído diez millones de discursos, y morirán al fin de miseria y decepción. El acceso a los hospitales del Estado, siempre repletos, sólo es posible mediante la recomendación de un magnate político que le exigirá al desdichado su voto y el de toda su familia para que Cuba siga siempre igual o peor.»
Son estos los antecedentes que explican que una vez que triunfó la Revolución empezaron en forma acelerada los cambios que al cabo de unas decenas de años permitieron que Fidel proclamara la voluntad de la Revolución Cubana de convertir a Cuba en una potencia médica mundial tal como ha ocurrido realmente
Después del triunfo de la Revolución Cubana se experimentó un desarrollo colosal en todas las esferas sociales de la nación y se vivió una experiencia renovadora caracterizada por un espíritu fundador de instituciones que estaban destinadas a resolver las necesidades sociales de la población. En el campo de la educación y la medicina, las nuevas perspectivas fueron trazadas por la Ley de la Reforma de la Enseñanza Superior, conocida como ley de la Reforma Universitaria, promulgada el 10 de enero de 1962. La ley señalaba que la salud era uno de los aspectos más importantes del bienestar material del hombre y que la sociedad necesitaba profesionales de la medicina, necesitaba clínicas y hospitales, en los que la ciencia más avanzada estuviera al servicio de todo el pueblo. Y esto representaría para la Universidad un mayor esfuerzo en términos cuantitativos y una orientación completamente distinta desde el punto de vista cualitativo de lo que fuera hasta esos momentos la enseñanza y la práctica de las Ciencias Médicas.
Por ejemplo, exponía que en 1953, año del asalto al Cuartel Moncada por Fidel, existían en Cuba 6 201 médicos y 1 934 dentistas y 1 763 enfermeras profesionales, y se consideraba que para atender a las necesidades de salud del pueblo de Cuba en 1970, sería necesario por lo menos duplicar dichas cifras.
Siguiendo estas directrices se determinaba la fundación de las Escuelas de Medicina y de Estomatología, como instituciones de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Oriente, asentada en Santiago de Cuba.
En cuanto a la carrera de Estomatología, se recomendaba la creación de escuelas para cursar los estudios en las Universidades de Oriente y de Las Villas, tan pronto como se encontraran funcionando allí las respectivas escuelas de Medicina.
Desde el punto de vista formativo se concibió el título de Doctor en Estomatología, profesional con un perfil más amplio y una capacidad médica superior al de hasta entonces Doctor en Odontología o Cirujano Dental, con un plan de estudios que contemplaba ciclos de Ciencias Básicas Biomédicas, Ciencias Preclínicas y Clínicas.
La creación de la Escuela de Estomatología el 18 de Agosto de 1963, después que el año anterior, el 10 de febrero de 1962, había sido fundada la de Medicina, representó un reto extraordinario, pues debía acelerarse el proceso de formación de profesores para compartir la docencia de los alumnos matriculados en ambas carreras.
En esos primeros años se puso en práctica la estrategia de los Estados Unidos para provocar el éxodo de profesionales de la salud, médicos y estomatólogos, con un resultado de salida del país de casi la mitad de los mismos. Ante este plan criminal, la revolución estableció la estrategia de acelerar la formación de profesionales médicos de nuevo tipo y la fundación de nuevas instituciones universitarias.
Fue así que hace 60 años empezó a funcionar la Escuela de Estomatología en Santiago de Cuba, con una matrícula inicial de 32 alumnos procedentes en su mayoría de la provincia de Oriente, pero también algunos de Camagüey y las Villas. Al inicio la sede fueron instalaciones habilitadas en otras escuelas universitarias, y pronto, ya en 1964 se produjo el traslado definitivo a un edificio nuevo, entonces aún en construcción, que sería la sede de la Facultad de Ciencias Médicas, ubicada en la avenida de las Américas.
El 23 de septiembre de 1967 se inauguró una nueva sede para el ciclo clínico de la carrera de Estomatología, en lo que fuera el antiguo Hospital Militar «Demetrio Castillo Duanys», un edificio anexo al Cuartel Moncada y que fue donado por el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, presidido por el Comandante Raúl Castro. Dicho acto inaugural contó con la presencia del Dr. José Ramón Machado Ventura, entonces Ministro de Salud Pública y de otras autoridades universitarias. La primera graduación de médicos y estomatólogos de Santiago de Cuba ocurrió el 24 de septiembre de 1967, y se graduaron 19 estomatólogos.
Esta graduación fue realzada por Fidel, ya que días después de la misma, el 28 de septiembre, en el acto del VII aniversario de los CDR, señalaba en su discurso lo siguiente:
«Ya la Universidad de Oriente ha logrado graduar sus primeros estudiantes de Medicina. Hay que decir a fuer de sinceros que cuando los compañeros del Ministerio de Salud Pública establecieron una escuela de medicina en Santiago, cuando no había casi ni edificio ni profesores, a nosotros nos parecía aquello erróneo, nos parecía casi imposible en esas condiciones poder organizar la escuela de medicina en Santiago de Cuba. Sin embargo, con la ayuda de las escuelas de la Universidad de La Habana, con la ayuda de los profesores, con la ayuda del personal competente que trabaja en Salud Pública, con grandes esfuerzos por parte de muchos de ellos (…), en días recientes ya la Universidad de Oriente graduó los primeros médicos… y los primeros estomatólogos. Y esto es alentador…Trabajamos para el porvenir con todas nuestras energías, con todo nuestro aliento».
Al año siguiente, en el discurso en la graduación de la Universidad de Oriente, celebrada el 8 de diciembre de 1968, Fidel enfatizaba el crecimiento de la matrícula en esta universidad, las facilidades de becas existentes, y citaba entre los graduados, el segundo grupo de ciencias médicas, integrado esta vez por 90 médicos y 20 estomatólogos.
Resulta significativo que la hoy Facultad de Estomatología fuera denominada desde sus inicios por el pequeño claustro fundador con el nombre de «Mártires del Moncada» en homenaje a los caídos en el asalto al Cuartel Moncada.
Actualmente forma parte de la Universidad de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba, y durante el lapso de 60 años ha graduado 4 692 doctores en estomatología, incluyendo estudiantes extranjeros de una veintena de países, como son Bolivia, Guyana, Jamaica, Granada, Santa Lucía, San Vicente, Uruguay, Palestina, Panamá, Etiopía, Congo, Benín, Sudáfrica, Guinea Bissau, Tanzania, Omán, Sudán, Sahara Democrática, Togo, Djibouti y Malí.
También ha formado cientos de profesores y técnicos, participando en la superación posgraduada de miles de egresados, Además, sus profesores y graduados han participado en misiones de colaboración internacional en decenas de países.
Su misión actual es contribuir a preservar y elevar el nivel de salud bucal de la población, garantizando una formación integral del Estomatólogo General Básico y de los futuros especialistas. Además de lograr el perfeccionamiento y superación de forma sistemática del egresado, propiciar en estos una adecuada inserción en la comunidad y la solución de los principales problemas de salud haciendo distinción en los valores políticos e ideológicos, éticos, morales, profesionales y otros altos valores humanos, para que sean capaces de cumplir su rol social con eficiencia y eficacia a través de las acciones de promoción, prevención, recuperación, rehabilitación e investigación en la atención primaria de salud y demás niveles de atención, con un compromiso social competente en el país y a nivel internacional.
Un aspecto que merece destacarse es la eficiencia académica de la institución, indicador que fue de 60 % en la primera graduación en 1967, y fue mejorando paulatinamente hasta alcanzar valores entre 75 y 86 %.
Las actividades diversas que se celebrarán hasta los primeros días de octubre en homenaje a esta efeméride fundacional mostrarán la cosecha docente, científica y en general formativa de esta institución universitaria que es un modelo de su tipo para Cuba.
26/9/23
Doctor en Ciencias Médicas. Doctor Honoris Causa. Profesor Titular y Consultante. Profesor Emérito de la Universidad de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba.