La sociedad vieja pesa, los conceptos de la sociedad vieja pesan, constantemente, en la conciencia de los hombres. Y allí es donde el factor de profundización de la conciencia socialista adquiere tanta importancia.
No se llega al socialismo en las condiciones actuales de nuestro país, y en muchos otros que lo han hecho por la explosión de las condiciones sociales anteriores. Es decir, por un cambio mecánico, porque había tantas condiciones objetivas que ya el tránsito al socialismo era, simplemente, una cuestión de forma.
Es decir, que ya en la conciencia de todo el mundo había apuntado la necesidad de una sociedad nueva.
Aquí no, aquí fue la vanguardia la que fue desarrollando, la que fue llevando al pueblo, fue la tarea primerísima de Fidel, dirigiendo a nuestro pueblo, dándole en cada momento la indicación de lo que era más importante hacer, dando las lecciones de dignidad, de espíritu de sacrificio, de bravura, que hemos tenido que dar al mundo entero, en estos cuatro años de Revolución. Y así la gente a veces por motivo emocionales fue ingresando en el proceso de construcción del socialismo, pero siempre quedan rezagados, y nuestra función no es la de liquidar a los rezagados, no es la de aplastarlos y obligarlos a que acaten a una vanguardia armada, sino la de educarlos, la de llevarlos adelante, la de hacer que nos sigan por nuestro ejemplo, la compulsión moral que llamara Fidel una vez. Es decir, que cada hombre se sienta compelido a hacer aquello que no tiene ganas de hacer, que no siente la necesidad de hacer, por el ejemplo de sus mejores compañeros, que lo están haciendo con entusiasmo, con fervor, con alegría día a día.
El ejemplo, el buen ejemplo, como el mal ejemplo, es muy contagioso, y nosotros tenemos que contagiar con buenos ejemplos, trabajar sobre la conciencia de la gente, golpearle la conciencia a la gente, demostrar de lo que somos capaces; demostrar de lo que es capaz una Revolución cuando está en el poder, cuando está segura de su objetivo final, cuando tiene fe en la justicia de sus fines y la línea que ha seguido, y cuando está dispuesta, como estuvo dispuesto nuestro pueblo entero antes de ceder un paso en lo que era nuestro legítimo derecho.
Todo esto tenemos que amalgamarlo, explicarlo y hacerlo carne, en cada uno de los que no lo han entendido, aun en aquellos que todavía no lo sienten como una cosa interna. Ir poco a poco convirtiéndolos a ellos también en una necesidad.
Recopilador: Lisandro Bonilla