El 27 de noviembre de 1871, una fecha fatídica para los cubanos que recuerdan la injusticia cometida contra 8 estudiantes de medicina por los voluntarios españoles. Fueron tan grandes el dolor y la injusticia de aquel noviembre, que ni el paso del tiempo es capaz de borrarlos y aún a las nuevas generaciones les sigue convocando la lucha contra la ignominia.
Y más que un mundo, más! Cuando se muere / En brazos de la patria agradecida, / La muerte acaba, la prisión se rompe; / ¡Empieza al fin, con el morir, la vida!
Así expresó José Martí su pesar por aquel horrendo e impune crimen en su poema “A mis hermanos muertos el 27 de noviembre”. No existe alma honesta en el mundo que no haya condenado de una manera u otra aquel abuso de poder. No fue más que una expresión de impotencia del coloniaje. Una de tantas que recoje la historia. Pero esta en particular, tocó fondo dolorosamente en el pueblo cubano.
La Facultad Finlay-Albarrán dijo presente para recordar el 148 aniversario del fusilamiento de esos 8 INOCENTES.