Asumir la expresión martiana “Tengo fe en el mejoramiento humano y la utilidad de la virtud…”, como escribió a su hijo en el Ismaelillo, es confiar en la profesión que desempeño, en la Revolución, y en un mundo mejor. Es querer seguir siendo maestro, y poder escuchar a los alumnos decir, como a Martí: “Dan ganas de cometer faltas por el solo gusto de oírselas corregir.
El magisterio martiano nos guía, es la brújula que obliga una y otra vez volver a sus “clases orales”.
Profesor Inocencio Velázquez Centeno, Departamento Marxismo e Historia