Por: MsC Zoraida Enríquez O’ Farrill
El 26 de julio es una gran efeméride de la revolución. El 26 de julio es una gran fecha en la historia de nuestra patria. El 26 de Julio ha pasado a ser una fecha histórica en los anales de la larga y heroica lucha de nuestra patria por su libertad. Así lo expresaron nuestros líderes históricos, Fidel y Raúl, y así lo debemos seguir considerando sus continuadores, ahora por mantener la soberanía y construir una sociedad mejor.
Esa fecha marcó el reinicio de la arremetida final para culminar la obra de nuestros antecesores de Baire, Baraguá y Yara.
Las acciones de aquel 26 de Julio de 1953, se prolongan en el Granma, la Sierra, el llano, y el triunfo de enero de 1959, y desde entonces mucho ha hecho la Revolución, aunque las tareas han sido más difíciles de lo que en aquel tiempo se fue capaz de suponer, sobre todo porque el imperio brutal que nos desprecia, no ha tenido escrúpulos en atacarnos, tratar de dividirnos, asfixiarnos, incluso desvirtuar nuestra historia para hacer borrar de la memoria hechos como estos.
Pero el Moncada enseñó a convertir los reveses en victorias, a entender que trincheras de ideas son más poderosas que trincheras de piedras. Mostró el valor de una doctrina, la fuerza de las ideas, y dejó la lección permanente de la perseverancia y el tesón en los propósitos justos.
Si aquel día eran un puñado de hombres, muchos de ellos jóvenes llenos de aspiraciones y de sueños, hoy es un pueblo entero luchando por construir un mejor país.
Por tanto, cuando de hechos como este se trata el tiempo no los aparta, ni se borran los recuerdos, lejos de ello, por sobre lo anecdótico se destacan las esencias, y los hombres y la patria liberada como testimonio de la fecunda obra colectiva, que estamos en el deber de defender a toda costa.