Estamos conmemorando hoy, todos los cubanos de bien, el 169 aniversario del natalicio de José Martí, en medio de circunstancias aciagas para la Humanidad. También conmemoramos en este mismo mes de enero, los 131 años del ensayo “Nuestra América,” texto cumbre del antiimperialismo y el americanismo martiano, tanto en ideas como en expresión poética.
En tales momentos, la ética martiana debe ser, como lo ha sido siempre, nuestra bandera, y a su amparo debemos encarar las dificultades presentes y por venir. Solo desde el respeto, la verdad y la justicia es posible homenajear a Martí. Los cubanos patriotas, los que no renunciaremos jamás a la soberanía nacional, los que no aceptamos intromisiones extranjeras en nuestras dificultades y problemas, rechazamos enérgicamente cualquier intento de “homenaje” espurio, lo cual en definitiva, es ofensa al legado del prócer.
No olvidemos que el ideario martiano está en la base misma de la Revolución cubana, en las conquistas sociales arduamente conseguidas y mantenidas, en la protección que se brinda en Cuba, con las limitaciones lógicas que imponen una economía bloqueada, a cada ciudadano, en el ejercicio pleno de una cultura para todos, sin élites ni restricciones. A esa cultura, que es, en definitiva, el alma de la Nación, se han dedicado siempre no pocos esfuerzos y recursos, aún en las peores crisis que hemos vivido. Una cultura asentada en el diálogo respetuoso, −único diálogo posible−, y el garante, al mismo tiempo, del consenso y la diversidad. Así será en el futuro, porque nos anima el precepto martiano “Ser culto es el único modo de ser libre.”[1]
No olvidemos que lo único que ha salvado a Cuba a lo largo de su historia, es la unidad. Hagamos, en este día glorioso para la Patria y de recuerdo a Martí, un llamado al cierre de filas frente a los enemigos de siempre, los Estados Unidos, y aquellos pocos que desde dentro, se prestan a seguir su juego de manipulaciones y agresiones.
Hoy, tanto para el continente, asolado por la pandemia, el agravamiento de las desigualdades sociales y la crisis económica, como para Cuba, es más urgente que nunca el cumplimiento de este mandato del Maestro: “Es la hora del recuento, y de la marcha unida, y hemos de andar en cuadro apretado, como la plata en las raíces de los Andes.”.[2]
Oficina del Programa Martiano
Centro de Estudios Martianos
Sociedad Cultural José Martí
Movimiento Juvenil Martiano
[1] JM: “Maestros ambulantes.” OC, t. 8, p. 289.
[2] JM: “Nuestra América.” OC, t. 6, p. 15.