“Es un resultado sorprendente”, expresó Kenneth Baillie, médico de cuidados intensivos de la Universidad de Edimburgo, Reino Unido, que forma parte del comité directivo del estudio. “Claramente tendrá un impacto global masivo”.
El estudio RECOVERY anunció los hallazgos en un comunicado de prensa este 16 de junio, pero sus investigadores han manifestado que pretenden publicar sus resultados rápidamente y que están compartiéndolos con los reguladores en el Reino Unido e internacionalmente. Lanzado en marzo, RECOVERY es uno de los ensayos aleatorizados y controlados más grandes del mundo para tratamientos de coronavirus y está probando una gama de posibles terapias.
Un total de 2104 pacientes fueron asignados al azar para recibir dexametasona (6 mg una vez al día), ya sea por vía oral o por inyección intravenosa, durante diez días y se compararon con 4321 pacientes asignados al azar a la atención estándar.
El efecto de la dexametasona fue más sorprendente entre los pacientes críticos con ventilación artificial mecánica, para los que se demostró que el tratamiento reduce la mortalidad en aproximadamente un tercio, y para los pacientes que requieren solo oxígeno, la mortalidad se redujo en aproximadamente un quinto, según los resultados preliminares. El beneficio solo se observó en pacientes gravemente enfermos con COVID-19, y no se observó en pacientes con enfermedad más leve (aquellos que no reciben oxígeno o ventilación).
Los detalles completos del protocolo de estudio y los materiales relacionados están disponibles en https://www.recoverytrial.net/
“Este es el primer tratamiento que se ha demostrado que reduce la mortalidad en pacientes con COVID-19 que requieren oxígeno o asistencia respiratoria”, dijo el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), organismo que acogió con satisfacción estos resultados e informó que coordinará un metanálisis para aumentar la comprensión general de esta intervención. La guía clínica de la OMS se actualizará para reflejar cómo y cuándo se debe usar el medicamento en el tratamiento de la COVID-19.
La dexametasona es un esteroide que se ha utilizado desde la década de 1960 para reducir la inflamación en una variedad de afecciones, incluidos los trastornos inflamatorios y ciertos tipos de cáncer. Se ha incluido en la Lista Modelo de Medicamentos Esenciales de la OMS desde 1977 en múltiples formulaciones, y actualmente está fuera de patente y está disponible de forma asequible en la mayoría de los países.
Las noticias de hoy se basan en la reunión del Plan de Investigación y Desarrollo de la OMS, que tuvo lugar en Ginebra a mediados de febrero para acelerar las tecnologías de salud para la COVID-19, donde se destacó la investigación adicional sobre el uso de esteroides como una prioridad. Los hallazgos refuerzan la importancia de los grandes ensayos de control aleatorio que producen evidencia procesable.