A Cuba la despiertan hoy nuevas inquietudes: niños, adolescentes y jóvenes que cuentan las horas para conocer amigos, padres que los miran con orgullo y alistan uniformes, maestros con libros bajo el brazo dispuestos a enseñar –y aprender–, escuelas limpias y ordenadas…
A Cuba la despiertan hoy inquietudes que son certezas: la seguridad de que no hay mayor tesoro que la educación de sus hijos; la convicción de que –a pesar de las dificultades– nunca faltará el aula y el cuaderno; la evidencia infalible de que solo el conocimiento puede sostener una obra como la que se propuso construir la Revolución.
La fórmula para forjar un pueblo libre se conoció desde muy temprano, y fue haciendo a sus hombres y mujeres independientes. Para lograrlo, toda una red de centros y maestros se alistaron. Muchos «toman» hoy de nuevo las escuelas, otros empiezan la hazaña de educar.
A Cuba la despiertan mariposas en el vientre. Son miles de sus hijos que la invitan a soñar.
Tomado del diario Granma