Cuba expone su más baja tasa de mortalidad infantil en su historia 4,0, una razón más que suficiente para festejar.
Exhibir este indicador representa, ante todo, el esfuerzo, sacrificio, entrega y compromiso de miles de profesionales que laboran en los servicios de atención materno infantil del país. Nos habla de la unidad constante de los cuadros en el sistema de salud y de un trabajo sistemático entre cada una de sus áreas.