Nutrición clínica frente a la COVID-19

Boletín Científico del Cimeq. 2020 Jul 13; 1 (18): 7

Carmen Adela Brito PortuondoORCID iD icon, Julio César Hernández PereraORCID iD icon, Mónica Galindo EstévezORCID iD icon1.

1Centro de Investigaciones Médico Qurirúrgicas, La Habana, Cuba.

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La terapia médica nutricional juega un importante papel en la prevención y tratamiento de la desnutrición. El estado nutricional del paciente influye en su evolución y pronóstico, principalmente si se encuentra hospitalizado en la Unidad de Cuidados Intensivos, pues repercute en su estadía y aumenta el riesgo de mortalidad.

Además de la notable afectación respiratoria, la infección por el SARS-CoV-2, ocasiona una respuesta inmunológica desproporcionada en muchos individuos con una reacción inflamatoria de gran magnitud. Síntomas como la pérdida de apetito, anosmia, disgeusia y diarrea, incrementan el riesgo de desnutrición relacionada con la enfermedad. Además, algunos de los fármacos que se emplean en su tratamiento pueden empeorar estos síntomas, como en el caso de la diarrea.

A nivel gastrointestinal existe una hipomotilidad intestinal, con evidencia radiográfica de íleo paralitico o pseudooclusión. Cerca del 4 % de los pacientes críticos con afectación de la motilidad intestinal tienen evidencia laparoscópica de isquemia en intestino delgado o grueso, resultante del uso de vasopresores, opiodes y sedantes, como parte del tratamiento médico.

El cribado y diagnóstico nutricional  se debe realizar a cada paciente con   infección por la COVID-19 y el tratamiento nutricional debe ser individualizado según los requerimientos.

Debido al impacto de la nutrición en la evolución y pronóstico de los pacientes con la COVID-19, varios países han comenzado a estudiar la relación entre ambas.

La Sociedad Europea de Nutrición Clínica y Metabolismo (ESPEN) propuso que la prevención, diagnóstico y tratamiento de la desnutrición relacionada con la enfermedad deberían ser incluidos en la rutina del manejo de la COVID-19 y estableció 10 recomendaciones prácticas enfocadas especialmente a pacientes críticos y pluripatológicos. La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) organizó desde el inicio de la pandemia, a través de su página web, un apartado específico de información sobre COVID-19 en el que se incluyeron recomendaciones específicas para el enriquecimiento de la dieta, prioritarias para estos pacientes con alto riesgo de desnutrición.

Estos pacientes tienen alto riesgo nutricional por el aumento de requerimientos que supone la situación inflamatoria aguda grave y la dificultad para alcanzarlos por la disminución parcial o total del apetito, disnea y dificultades en la alimentación. Siempre que sea posible, debería establecerse un cribado de riesgo nutricional al ingreso. Las recomendaciones de ESPEN sugieren emplear la Herramienta Universal de Cribado (MUST: Malnutriction Universal Screening Tool) o el cribado de riesgo nutricional (NRS-2002).

El tratamiento médico nutricional no es estático, por lo que cada 48-72 h debe valorarse el cumplimiento de los objetivos terapéuticos trazados. Los requerimientos nutricionales se han estimado en 25-30 kcal/kg de peso y 1,5 g proteínas/kg/día.

La colocación de sondas nasogástricas es un procedimiento generador de aerosoles y por ello es imprescindible el uso de equipos de protección.

La Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC) ha planteado también un algoritmo del tratamiento nutricional en pacientes con COVID-19. Se recomienda un incremento progresivo de los objetivos calóricos y proteicos: 20 kcal/kg y 1,2 g de proteínas/kg en los días 1-3 de ingreso en UCI, 25 kcal y 1,5 g/kg a partir del 4to día y 30 kcal y 1,8 g/kg en la fase de recuperación.

También la Sociedad Americana de Nutrición Parenteral y Enteral (ASPEN) y la Sociedad de Medicina de Cuidados Críticos (SCCM) han establecido recomendaciones específicas en esta línea, aconsejando el inicio lento y gradual de nutrición enteral en las primeras 24-36 h de ingreso en UCI.

Siempre debe tenerse en cuenta el riesgo de síndrome de realimentación en los pacientes que presentan desnutrición previa, por lo que se deben monitorizar los niveles de fósforo, potasio y magnesio y suplementar Tiamina 100 mg/8 h en aquellos pacientes con pérdida de peso previa mayor del 10% o ingesta previa inadecuada por más de 5 días.

Las guías ESPEN también sugieren una nutrición hipocalórica, por debajo del 70% de las necesidades.

 

Bibliografía

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Arkin N, Krishnan K, Chang MG, Bittner EA. Nutrition in critically ill patients with COVID-19: Challenges and special considerations. Clin Nutr. 2020 Jul;39(7):2327-2328. doi: 10.1016/j.clnu.2020.05.007