El SARS-CoV-2 y las precauciones por su posible transmisión orofecal

Boletín Científico del Cimeq. 2020 Jun 22; 1 (14): 5-6

Marcia Samada Suárez1, Liset Barroso Márquez1.

1Centro de Investigaciones Médico Qurirúrgicas, La Habana, Cuba.

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Sobre la base de los conocimientos actuales se deben considerar  precauciones adicionales para prevenir la «potencial» transmisión fecal, hasta que estudios futuros puedan decretar si se trata (o no) de un modo de transmisión del SARS-CoV-2.

Como se ha mencionado en reseñas bibliográficas anteriores existen pruebas cada vez mayores de que la infección por el SARS-CoV-2 también involucra el tracto gastrointestinal. En un reciente metanálisis con más de 4000 pacientes enfermos con la COVID-19 de Asia oriental, alrededor del 20 y 50 % mostraron síntomas gastrointestinales y se le detectaron ARN viral en las heces, respectivamente. Se logró establecer, además, que en las muestras endoscópicas del esófago, estómago, duodeno y recto de varios pacientes se halló ARN del SARS-CoV-2.

No obstante, aparte de estas evidencias, continúa siendo difícil evaluar exactamente cuándo el virus puede haber comenzado a eliminarse en las heces fecales. Por ejemplo, durante el período de incubación, al inicio de la enfermedad o durante la convalecencia; ni cuánto tiempo puede detectarse: aunque algunos estudios de muestras de heces fecales observaron positividad entre 1 y más de 30 días después del inicio de la enfermedad.

Entre las nebulosas que se identifican como presentan como mayores barreras para establecer una conducta definitoria se encuentran la amplia variabilidad de la positividad de las muestras de heces para el SARS-CoV-2, la pequeña muestra de pacientes y la falta de uniformidad del momento de recolección de las muestras en los diferentes estudios publicados: Estas dificultades se generan porque la mayoría de los informes provienen de casos o series de pacientes tratados en primera línea durante la pandemia, a diferencia de estudios de investigación formalmente estructurados.

Varios autores han hecho advertencias acerca de las precauciones que deben tenerse en cuenta a la vía de transmisión orofecal y a través del agua contaminada, un hecho que podría ser particularmente problemático en zonas con inadecuado saneamiento y limitado acceso al agua potable.

Aún no existen datos relevantes sobre la carga de virus viables que serían necesarios para la infección a través del agua. En la actualidad se puede considerar que la cloración adecuada del agua es un tratamiento suficiente para la inactivación de este coronavirus: Varios estudios han detectado el ARN del SARS-CoV-2 en aguas residuales y se han sugerido pruebas de estas aguas como una herramienta de alerta temprana no invasiva para monitorear el estado y la tendencia de la infección por el SARS-Cov-2.

Por todo esto es aconsejanble tomar estrictas medidas preventivas al manipular los alimentos y los desechos de pacientes con la COVID-19. Se debe mostrar, además, especial cuidado y cumplir las normas de higiene en los entornos sanitarios que atienden a enfermos infectados por el SARS-CoV-2, aparte de las tan aludidas medidas en la prevención de las gotas respiratorias y la transmisión de contacto.

En los centros de atención residencial, como hogares de ancianos, la posible transmisión oral del virus puede tener, además, implicaciones ante la posible situación de que los residentes pueden incapaces de mantener una higiene personal meticulosa (por ejemplo, debido a discapacidad, enfermedad o deterioro de los residentes). El personal sanitario debe ser consciente de las posibles rutas de transmisión y estar capacitado sobre las mejores prácticas para la desinfección y la prevención personal.

En este contexto, habría que pensar, asimismo, en los niños si se tiene en cuenta que ellos, muchas veces son incapaces de manejar adecuadamente sus propias excreciones y sus cuidadores deben extremas las medidas de precaución: Se necesita mantener estrictas medidas de higiene después de la reincorporación de los niños a los círculos infantiles y centros escolares.

Si se demuestra que la transmisibilidad fecal del SARS-CoV-2 es posible, la elaboración de alimentos con todas las normas de higiene establecidas será otra consideración clave, es muy importante el control estricto del personal que interviene en la elaboración o manipulación de los mismos.

En el escenario de los procedimientos médicos en Gastroenterología, los casos no detectados (los pacientes asintomáticos o durante el período de incubación) podrían someterse a una endoscopia por muchas indicaciones. La exposición no reconocida a muestras biológicas potencialmente infecciosas durante la endoscopia del tracto digestivo superior está bien documentada; la presencia de ARN del SARS-CoV-2 en las heces podría conducir a un riesgo no despreciable de transmisión para la colonoscopia en zonas endémicas, especialmente en ausencia de medidas de protección adicionales.

Ya se encuentra en discusión en los servicios gastroenterológicos del país las recomendaciones de la Sociedad Cubana de Gastroenterología para la reapertura de salones de endoscopia en la fase pospandémica de la COVID-19, con el fin de contribuir a la prevención, control y protección de los trabajadores de la salud y de la población.

La comprensión de que la COVID-19 es un nuevo reto, la investigación futura sobre todos los modos posibles de transmisión está fuertemente justificada dada la magnitud de esta pandemia. El conocimiento actual sobre si la transmisibilidad orofecal es probable que sea un modo importante de propagación de la COVID-19 pero sigue siendo limitado; razones suficientes que argumentan la necesidad de seguir investigando sobre esta potencial vía de transmisión del SARS-CoV-2.

Bibliografía

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