El «desencantamiento» de la cloroquina e hidroxicloroquina frente a la COVID-19

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Boletín Científico del Cimeq. 2020 Jun 22; 1 (14): 6-7

Julio César Hernández PereraORCID iD icon1, Alejandro Roque Valdés1, Dania Piñeiro PérezORCID iD icon1.

1Centro de Investigaciones Médico Qurirúrgicas, La Habana, Cuba.

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La cloroquina es un medicamento antipalúdico y su análogo, la hidroxicloroquina, se usa habitualmente para tratar enfermedades autoinmunes, como el lupus y la artritis. Ambos medicamentos tienen un buen perfil de seguridad como tratamientos para esas afecciones específicas, y los hallazgos no implican que los pacientes deban dejar de tomar estos medicamentos si se prescriben para afecciones aprobadas. También se ha demostrado que tienen efectos antivirales en pruebas de laboratorio y, por lo tanto, son de interés como posibles tratamientos para COVID-19.

Por esta última razón, desde el inicio de la aparición de la enfermedad causada por este nuevo coronavirus se abogó en muchas partes del mundo el uso de cloroquina e hidroxicloroquina, ya sea solos o en combinación, como posibles tratamientos para COVID-19. La justificación de estas pautas se basaba en un pequeño número de experiencias (anecdóticas) que sugirieron que podían tener efectos beneficiosos para las personas infectadas con el SARS-CoV-2.

Sin embargo, empezaron a aparecer estudios a pequeña escala que no pudieron identificar evidencia sólida de beneficio y ensayos controlados aleatorios más grandes aún no se han completado.

Recientemente apareció un estudio observacional que aportó trascendentales conclusiones. Se trata del análisis de un registro multinacional del uso de estos dos fármacos antipalúdicos con o sin un macrólido en el tratamiento de pacientes con la COVID-19: Se incluyeron datos de 671 hospitales de 6 continentes.

Se analizaron 96 032 pacientes hospitalizados entre el 20 de diciembre de 2019 y el 14 de abril de 2020 con infección por SARS-CoV-2 confirmada por laboratorio. Todos los pacientes incluidos en el estudio habían sido dados de alta o habían muerto antes del 21 de abril de 2020.

Se compararon los resultados de los pacientes tratados con cloroquina sola (1 868), hidroxicloroquina sola (3 016), cloroquina en combinación con un macrólido (3 783) o hidroxicloroquina con un macrólido (6 221). Estos cuatro grupos de estudio se compararon con el grupo de control restante constituido por 81 144 pacientes.

Después de tener en cuenta factores como la edad, el color de la piel, el índice de masa corporal y las comorbilidades (antecedentes de cardiopatías, afecciones pulmonares y diabetes), se encontró que los regímenes farmacológicos estudiados se asociaron con un mayor riesgo de muerte.

Los principales resultados de la investigación fueron:

  • Alrededor de uno de cada 11 pacientes en el grupo control había muerto en el hospital (9.3 %, 7,530 / 81,144).
  • Los cuatro tratamientos se asociaron con un mayor riesgo de morir en el hospital.
  • De los tratados con cloroquina o hidroxicloroquina sola, alrededor de uno de cada seis pacientes había muerto (16.4%, 307 / 1,868 cloroquina y 18.0%, 543 / 3,016 hidroxicloroquina).
  • Cuando los citados antipalúdicos se usaron en combinación con un macrólido, la tasa de mortalidad aumentó a más de uno de cada cinco para la cloroquina (22.2%, 839 / 3,783) y casi uno de cada cuatro para la hidroxicloroquina (23.8%, 1,479 / 6,221).
  • Se estimó que el exceso de riesgo atribuible al uso del régimen farmacológico estudiado en lugar de otros factores, como las comorbilidades oscilaba entre el 34 y el 45%.

Los autores del trabajo declararon que si la tasa de mortalidad fue del 9,3 % en el grupo de control, después del ajuste por otros factores clínicos, la tasa atribuible al uso de la cloroquina e hidroxicloroquina aumentaría entre el 12,4 y el 13,4 %.

También se evidenció que las arritmias cardíacas graves eran más frecuentes en los grupos que reciben cualquiera de los cuatro regímenes de tratamiento valorados.

El mayor aumento se observó en el grupo tratado con hidroxicloroquina en combinación con un macrólido, donde el 8 % de los pacientes desarrolló una arritmia cardíaca (502 / 6.221) en comparación con el 0.3 % de los pacientes en el grupo control (226/81144).

Después de tener en cuenta los factores demográficos y las condiciones prexistentes, se pudo calcular que el tratamiento con esta combinación de medicamentos se asocia con un aumento de más de cinco veces en el riesgo de desarrollar una arritmia cardíaca grave mientras está en el hospital.

Aunque los hallazgos de este estudio sugieren que el empleo de la cloroquina e hidroxicloroquina puede estar asociado con un mayor riesgo de problemas cardíacos graves y un mayor riesgo de muerte todavía se estima que es esencial el desarrollo de ensayos clínicos aleatorios para corroborar con mayor fuerza la seguridad y la eficacia de estos medicamentos para los pacientes con COVID-19.

Mientras se espera por esos ensayos aleatorios la comunidad científica ha manifestado que el tratamiento con cloroquina e hidroxicloroquina, solo o con azitromicina no es útil y puede ser dañino en pacientes con la COVID-19, por lo que se desaconseja su uso como tratamientos para la COVID-19 fuera de los ensayos clínicos.

Bibliografía

Mehra MR, Desai SS, Ruschitzka F, Patel AN. Hydroxychloroquine or chloroquine with or without a macrolide for treatment of COVID-19: a multinational registry analysis. Lancet. 2020, May 22; DOI: 10.1016/S0140-6736(20)31180-6

Funck-Brentano C, Salem JE. Chloroquine or hydroxychloroquine for COVID-19: why might they be hazardous? Lancet. 2020, May 22; DOI: 10.1016/S0140-6736(20)31174-0

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