Enfermedad Inflamatoria intestinal y la COVID 19

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Boletín Científico del Cimeq. 2020 Jun 01; 1 (11): 4-5

Marcia Samada Suárez1, Lisette Chao González1.

1Centro de Investigaciones Médico Quirúrgicas, La Habana, Cuba

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Cada 19 de mayo se celebra el día mundial de la enfermedad inflamatoria intestinal (EII) en más de 50 países, con el objetivo de informar a la población sobre este grupo de enfermedades crónicas intestinales que involucran a la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa y la colitis indeterminada. La padecen aproximadamente cinco millones de personas en todo el mundo y producen gran afectación de la calidad de vida.

Estos pacientes por lo general se mantienen con tratamiento inmunosupresor y en el marco de la pandemia por el SARS-CoV-2, pudieran tener más probabilidades de hospitalización por la descompensación de la EII, con o sin la COVID-19. Por esta razón puede ser de interés para los clínicos y gastroenterólogos conocer las orientaciones por grupos de expertos para el manejo de estas afecciones, más si tenemos en cuenta que un porcentaje de los pacientes con esta infección presentan síntomas gastrointestinales que pueden ser comunes para cualquiera de estas enfermedades.

Ante la ausencia de datos que confirmen si las terapias para la EII aumentan el riesgo de infección con SARS-CoV-2 o su evolución, se han realizado estas recomendaciones, que se pueden agrupar en tres escenarios principales:

  • Paciente con EII sin estar infectado con el SARS-CoV-2.
  • Paciente con EII que está infectado con el SARS-CoV-2 pero sin manifestaciones clínicas.
  • Paciente con EII que presenta la COVID-19, con o sin inflamación intestinal activa u otros síntomas digestivos.

El paciente con EII sin estar infectado con el SARS-CoV-2

Con los datos disponibles hasta el momento, los pacientes con EII no tienen un mayor riesgo de infección por SARS-CoV-2, por lo tanto, deben permanecer con el mismo tratamiento y evitar la recaída. De producirse una recaída esta pudiera conllevar a la utilización de esteroides o a un aumento de la dosis, e incluso hospitalización.

El paciente debe de estar en contacto, siempre que sea posible, con el equipo de atención médica de su EII.

Como la población en general, deben mantener el distanciamiento físico estricto y la higiene meticulosa de las manos.

Paciente con EII que está infectado con el SARS-CoV-2 pero sin manifestaciones clínicas

En esta fase sugieren disminuir lo más posible las dosis de esteroides (<20 mg/d) y mantener las tiopurinas, el metrotexate y el tofacitinib. La administración de terapias biológicas debe retrasarse durante 2 semanas de seguimiento de los síntomas de la COVID-19: No se conoce la vida media de estas terapias después de interrumpidos. Puede reiniciarse el tratamiento después de 2 semanas si el paciente no ha desarrollado manifestaciones clínicas de la COVID-19.

Con el fin de saber en qué fase de la infección se encuentra el paciente, se pudiera realizar la PCR (reacción en cadena de la polimerasa, por sus siglas en inglés) en serie para el SARS-CoV-2, o detectar la desaparición de IgM y el desarrollo de anticuerpos IgG. Estas medidas proporcionarán más precisión con respecto al momento de reiniciar cualquiera de los medicamentos. Debe tenerse en cuenta que cada vez se incrementa más la detección de portadores asintomáticos para este virus.

Paciente con EII que presenta la COVID-19, con o sin inflamación intestinal activa u otros síntomas digestivos

Este escenario es el más difícil. La gravedad de la COVID-19 y de la EII deben dar lugar a evaluaciones cuidadosas del riesgo-beneficio con respecto a los tratamientos para COVID-19 y a la escalada de los tratamientos para la EII.

La orientación se basa actualmente en decidir si mantener o continuar terapias específicas de la EII: Se están realizando estudios para considerar terapias de la COVID-19 que puedan tener un beneficio secundario en la EII (o al menos no inducir inflamación intestinal).

Si la EII está en remisión, el ajuste de las terapias se centra en reducir la supresión inmune durante la replicación viral activa en un intento de disminuir la probabilidad de complicaciones.

Se mantiene el manejo dietético, así como el tratamiento con los aminosalicilatos, la terapia rectal tópica y los antibióticos. Para la enfermedad ligeramente activa, se deben utilizar las terapias más seguras mencionadas anteriormente.

En el contexto de la EII con actividad de moderada a grave, los riesgos y beneficios de la intensificación de la terapia deben sopesarse cuidadosamente con respecto a la gravedad del COVID-19. En la fase aguda los corticoesteroides sistémicos deben evitarse e interrumpirse siempre que sea posible, al igual que las tiopurinas, el metotrexato, el tofacitinib y las terapias biológicas.

Deben descartarse otras causas de síntomas digestivos como la infección por Clostridium difficile que requiere de tratamiento específico.

 

Bibliografía

BSG expanded consensus advice for the management of IBD during the COVID-19 pandemic. The British Society of Gastroenterology. https://www.bsg.org.uk/covid-19-advice/bsg-advice-for-management-of-inflammatory-bowel-diseases-during-the-covid19-pandemic/. Published March 30, 2020. Accessed March 31, 2020.

Norsa L, Indriolo A, Sansotta N, Cosimo P, Greco S, D’Antiga L. Uneventful course in IBD patients during SARS-CoV-2 outbreak in northern Italy. Gastroenterology. 2020 Apr 2.

Rubin DT, Feuerstein JD, Wang AY, Cohen RD. AGA Clinical Practice Update on Management of Inflammatory Bowel Disease During the COVID-19 Pandemic: Expert Commentary, Gastroenterology (2020), doi: https://doi.org/10.1053/j.gastro.2020.04.012.

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