XIV CONGRESO PARA LA PROMOCIÓN DE FRUTAS Y VEGETALES. PARTICIPACION DE CUBA.

El XIV Congreso para la promoción del consumo de frutas y vegetales se celebró del 8 al 10 de octubre en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, capital de Chiapas, México. El evento, de origen latinoamericano y constituido en mundial desde 2011, es organizado en un país diferente cada año con la participación de expertos de 32 países.

El Congreso fue organizado por la Fundación 5 al día de México bajo el lema “Frutas y verduras, demasiado buenas para ser desperdicio”. Las conferencias versaron sobre las pérdidas y desperdicios de alimentos, situación que tiene un rol importante y decisivo en la alimentación de la población mundial. La conferencia magistral que inició las sesiones “Panorama actual mundial y regional de merma y desperdicios de alimentos” fue impartida por el Dr. Joao Marcelo Intini, oficial de políticas públicas en sistemas alimentarios de la FAO, región de América Latina y el Caribe.  Participaron también los representantes de la FAO de Mesoamérica, Dra. Raixa Elena Llauger y de México, Dr. Crispim Moreira.

Las frutas y vegetales constituyen la base de una dieta balanceada y está demostrado científicamente que protegen contra las enfermedades no transmisibles. La OMS recomienda un consumo mínimo de 400 g por persona por día, lo cual corresponde a 5 raciones (3 de vegetales y 2 de frutas). Sin embargo, el bajo consumo de estos alimentos por la población es un problema global. Entre las políticas de salud de Cuba está contribuir a aumentar el cultivo variado de vegetales y frutas y promocionar su consumo como parte de una alimentación  y estilos de vida saludables.

Previo al Congreso se reunieron los representantes de los países participantes para intercambiar sus experiencias actuales en las actividades de promoción del consumo de frutas y verduras. Por Cuba participó la DrC. Consuelo Macías Matos para exponer las actividades que se realizan en el INHEM en tres proyectos relacionados con la promoción y el consumo de frutas y verduras. Dos de ellos dirigidos a niños pre-escolares, escolares y sus madres y el tercero dirigido a los productores en relación con la inocuidad e higiene de estos alimentos.

DECLARACIÓN DE TUXTLA GUTIÉRREZ, Chiapas, México, 9 de octubre de 2018

En el marco del XIV Congreso Internacional de Promoción al Consumo de Frutas y Verduras, los representantes de la Alianza Global de Promoción al Consumo de Frutas y Verduras 5 al día (AIAM5, por sus siglas en inglés), firmaron la Declaración de Tuxtla Gutiérrez.

Lo anterior fue informado por Alfredo Moisés Ceja, presidente de la Fundación 5xDía AC y de AIAM5; quien indicó que la Declaración de Tuxtla Gutiérrez considera la reflexión que debe existir por parte de los gobiernos y la sociedad civil, ante el grave problema que supone la pérdida y desperdicio de los alimentos, toda vez que, actualmente se desperdician cerca de 300 millones de toneladas por año, suficiente para alimentar a 2 mil millones de personas en el mundo, de acuerdo a la FAO.

Moisés Ceja señaló que la Declaración de Tuxtla Gutiérrez que es respaldada por entidades nacionales procedentes de 24 países de la Alianza Global, considera que todos los sectores de la sociedad deberían establecer alianzas estratégicas con el fin de promover sistemas de producción más sostenibles y justos; en la búsqueda de reducir a la mitad el desperdicio mundial de alimentos que se da en las cadenas de producción y distribución.

En la Declaración se refiere la urgencia de contar con capacitación, desarrollo e incentivos al campo para la producción de alimentos nutritivos e inocuos, así como promover el uso de la tecnología para el monitoreo de cultivos y tratamientos posteriores a la cosecha, con la presencia de canales de distribución más cortos.

Manuel Moñino, coordinador general de la Alianza Global fue el encargado de dar a conocer el documento, y en su momento dijo que dado que el desperdicio de alimentos tiene un gran impacto en la seguridad alimentaria, la nutrición y economía de las naciones; deberían implementarse estrategias nacionales de educación alimentaria-nutricional en distintos entornos, para sensibilizar a la población y capacitarla en la prevención del desperdicio de alimentos.

Algunos de los compromisos de la Declaración de Tuxtla Gutiérrez, fueron:

Los gobiernos y la sociedad civil deben reflexionar sobre el problema ético que supone la pérdida y desperdicio de alimentos para conseguir el reto de Hambre Cero, con el fin de redoblar esfuerzos y compromisos políticos que establezcan el marco legal, las políticas públicas y el activismo ciudadano para reducir la pérdida y desperdicio de alimentos.

Todos los sectores de la sociedad deberían establecer alianzas estratégicas e intercambiar buenas prácticas para promover sistemas de producción más sostenibles y justos, en los que prevenir la perdida y desperdicio de alimentos, sea un objetivo clave.

Es urgente la capacitación, desarrollo e incentivos al campo para la producción de alimentos nutritivos e inocuos. Promover el uso de la tecnología para el monitoreo de cultivos y tratamientos postcosecha, así como la presencia de canales de distribución más cortos, con el fin de lograr sistemas alimentarios más sostenibles y justos con los productores y más asequibles para los consumidores, lo que revertiría en menos pérdidas, especialmente de frutas y hortalizas.

Es necesario incentivar la donación de alimentos en la producción y distribución, así como facilitar la tarea a los Bancos de Alimentos para recibir y distribuir alimentos seguros y nutritivos que tienen mermada su calidad comercial, así como valorar la aplicación de medidas fiscales y/o incentivos económicos a la donación.

Es importante revisar en profundidad las normas de etiquetado que rigen el uso de “fecha de consumo preferente” y “fecha de caducidad” así como hacer un esfuerzo en capacitar a los consumidores en su correcta interpretación. La educación nutricional de la población, es clave para la sostenibilidad, la seguridad alimentaria y nutricional.

Promover el consumo de alimentos de proximidad ligados a los patrones de alimentación tradicionales, poniendo en valor la producción local y nacional, contribuiría de forma determinante a la reducción de pérdidas así como a un menor impacto de la alimentación en el medioambiente. Esto sería de gran importancia especialmente en el sector de las frutas y verduras.

Es importante monitorizar los sistemas de producción, distribución y consumo para valorar la pérdida y desperdicio de frutas y verduras, y así determinar sus causas con el fin de poder tomar medidas correctoras.