El Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo que se celebra anualmente el 28 de abril promueve la prevención de los accidentes del trabajo y las enfermedades profesionales en todo el mundo.
La importancia de la seguridad ocupacional radica en una mejora de los hábitos de salud de los trabajadores, de procurar el más alto bienestar físico, mental y social de los empleados, además de establecer y sostener un medio ambiente de trabajo seguro y sano. La seguridad mejora la calidad; al trabajar en un ambiente limpio y eficiente, los trabajadores son capaces de reducir sus distracciones y enfocarse realmente en la calidad de lo que están haciendo.
El objetivo de la celebración de este año es crear una cultura de seguridad y salud social en los trabajadores a través del diálogo.
Durante la pandemia de COVID-19, hemos observado que contar con un sistema de seguridad y salud en el trabajo (SST) sólido, que incluya una participación efectiva de los Gobiernos, los empleadores, los trabajadores, los actores de la salud pública y todas las partes relevantes a nivel nacional y empresarial, ha sido decisivo para proteger los entornos de trabajo y salvaguardar la seguridad y la salud de los trabajadores. Reviste especial importancia desde el desarrollo y la revisión de la política de SST y los marcos normativos para abordar los retos persistentes y nuevos de SST hasta la aplicación concreta en el lugar de trabajo. El diálogo social no sólo contribuye a mejorar las políticas y estrategias en materia de SST, sino que también es esencial para fomentar la apropiación y el compromiso, facilitando el camino para su rápida y más eficaz puesta en práctica.
Una cultura de SST sólida es aquella en la que tanto la dirección como los trabajadores valoran y promueven el derecho a un entorno de trabajo seguro y saludable. Una cultura de SST positiva se basa en la inclusión, mediante la participación significativa de todas las partes en la mejora continua de las condiciones de seguridad y salud en el lugar de trabajo. En un lugar de trabajo con una cultura de SST sólida, los trabajadores se sienten cómodos planteando sus preocupaciones sobre posibles riesgos o peligros para la SST en el lugar de trabajo y la dirección colabora activamente con los trabajadores para encontrar soluciones adecuadas, eficaces y sostenibles. Para ello es necesario establecer una comunicación abierta y un diálogo basado en la confianza y el respeto mutuo.
En Cuba, una cultura de seguridad y salud positiva de forma sistemática se logra con la promoción de los Centros de trabajo por la Salud. La implementación de la estrategia de Municipios Saludables, en todos los centros de trabajo, incluyendo la modalidad de cuenta propia, facilitando el empoderamiento de la cultura del autocuidado, la participación activa de los gobiernos, los empleadores (administrativos) y los trabajadores para asegurar un medio ambiente de trabajo seguro y saludable. Durante los primeros cuatro meses de la pandemia en Cuba, fueron aplicadas 36 medidas en el orden laboral, salarial y de seguridad social que implicaron al sector estatal y no estatal, se ampliaron las garantías salariales para quienes los que debían permanecer en sus hogares al cuidado de hijos menores, de adultos mayores y personas con afectaciones de salud y a los que enfermaron de la COVID-19 se les abonó el subsidio establecido. Se fortaleció las modalidades de teletrabajo y trabajo a distancia en aquellas empresas e instituciones donde las condiciones lo permitan. En la actualidad en este escenario se dibujan dos retos fundamentales. En primer lugar, los recelos por parte de algunos dirigentes hacia el teletrabajo y trabajo a distancia, pues existe aún la idea de que la presencialidad es sinónimo de rendimiento y calidad del trabajo.
Mientras seguimos viviendo una crisis sanitaria mundial y nos enfrentamos a continuos riesgos en materia de SST en el mundo del trabajo, debemos seguir avanzando en la construcción de una cultura de seguridad y salud sólida a todos los niveles.