Para nadie debería ser un secreto hoy, que el consumo de Drogas Ilegales constituye un problema de salud en todo el mundo, pero también, es un problema social con causas e implicaciones múltiples y complejas. Cuando hablamos del tema de las drogas, observamos un negocio floreciente, organizado en una cadena de producción y tráfico que busca perpetuar la adicción de los potenciales compradores. A este binomio tráfico- consumo es que se dedica el Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, que se conmemora el 26 de junio de cada año. Esta efeméride busca reforzar la actuación y cooperación de los gobiernos, asociaciones y personas, para alcanzar el objetivo de reducir el impacto del abuso y tráfico de drogas en la sociedad global.
La intención de crear conciencia sobre el problema del consumo de sustancias y modificar la percepción de los individuos y comunidades sobre este tema, es un esfuerzo constante de los diferentes sectores implicados en la prevención, rehabilitación y reinserción social de los adictos y sus familias, pues no se puede olvidar el componente de discriminación y estigma que viven los consumidores de drogas, con directas implicaciones a nivel de su salud física y mental. En consonancia con esto se propone la campaña promovida por la Organización Mundial de la Salud para este año 2024, que pretende resaltar la importancia de tratar a las personas que consumen drogas con respeto y empatía, favoreciendo la accesibilidad y calidad de los servicios de tratamiento y rehabilitación.
Este es un camino difícil y que no será resuelto de la noche a la mañana, sobre todo en lo que respecta al tráfico de drogas, por sus ramificaciones económicas y su contacto, en muchos casos, con estructuras del crimen organizado. Otra vía de acción importante y más relacionada con la cotidianidad de todos, se enfocaría en la educación para tratar a los consumidores de drogas con respeto y empatía, desde la promoción de un lenguaje libre de estigmas y una actitud respetuosa y libre de prejuicios.
En Cuba se aborda este tema incidiendo en la eliminación del tráfico y, por tanto, de la oferta y la demanda, pero también procurando la rehabilitación de los adictos y su reinserción plana a la sociedad. Un aspecto que no se descuida es la prevención del consumo en adolescentes y jóvenes y la promoción de estilos de vida saludables y que favorezcan el autocuidado.
El mejor remedio siempre está en la prevención, para evitar caer en la cadena del uso, abuso y dependencia, de la cual puede ser difícil salir y exige toda la voluntad del individuo y la motivación necesaria en la búsqueda de factores que movilicen la necesidad de cambio. Ante esto, es bueno recordar que ante un problema de consumo de drogas se puede buscar ayuda telefónica a través del Servicio de Consejería Línea Confidencial 103.
Lic. Giovani Leal Luque