Esta fecha fue establecida por la Asamblea General de las Naciones Unidades (ONU) en 1994 el día 17 de junio, con el objetivo de crear conciencia de la importancia que tiene para los seres humanos y el planeta abordar y dar soluciones a los problemas de desertificación y sequía, los cuales representan graves problemas presentes y futuros para toda la humanidad. Las sequías se encuentran entre las mayores amenazas para el desarrollo sostenible, especialmente en los países en desarrollo, aunque bien es cierto que cada vez son más las naciones ricas afectadas. De hecho, las previsiones estiman que para 2050 las sequías afecten a más de las tres cuartas partes de la población mundial.
La Desertificación es la degradación de la tierra en las zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas, causada fundamentalmente por la actividad humana y las variaciones climáticas. Esta se debe a la vulnerabilidad de los ecosistemas de zonas secas, que cubren un tercio de la superficie del planeta, causada por la sobrexplotación y el uso inadecuado de la tierra, la pobreza, la inestabilidad política, la deforestación, el sobre pastoreo y las malas prácticas de riego que afectan negativamente a la productividad del suelo. Uno de los principales objetivos de este día es insistir en la importancia que tiene la movilización de todos los sectores de la sociedad y el trabajo conjunto por una gestión sostenible de las tierras.
Según la ONU la escasez de agua afecta más del 40 por ciento de la población mundial, sus causas, además de la desertificación y la sequía, se debe a una insostenible gestión del agua, a la degradación de la tierra que provoca una clara disminución de la fertilidad del suelo y la pérdida de la biodiversidad. Por otra parte, el cambio climático por el aumento de la temperatura global y la escasez de lluvia está incrementando de manera preocupante el número de países que se ven afectados por la sequía.
Para hacer frente al gran desafío que supone frenar el deterioro de nuestro suelo y protegerlo es preciso involucrar a todas las partes y sobre todo a las personas más jóvenes.
El tema requiere una importante atención, más en estos tiempos. Cuando la tierra se degrada y deja de ser productiva, los espacios naturales se deterioran y transforman. Por ende, las emisiones de gases de efecto invernadero aumentan y la biodiversidad disminuye. También supone la existencia de menos espacios silvestres que amortigüen y nos protejan de fenómenos climáticos extremos, como las sequías, las inundaciones y las tormentas de arena y polvo.
El Programa de Acción Nacional de Lucha contra la Desertificación y la Sequía en Cuba (conocido por OP15) celebra este 2024 sus 16 años de existencia con relevantes resultados en importantes ecosistemas del país. En Cuba, la degradación de los suelos constituye uno de los principales problemas ambientales del país, para lo cual se han aprobado acciones que van desde el ámbito productivo y de planificación, hasta la ciencia y gestión de ese recurso natural.
En muchos municipio del país, las agricultoras y agricultores, con el apoyo de proyectos, autoridades locales y centros de investigación, han demostrado que mediante el Manejo Sostenible de Tierra (MST), es posible incrementar la producción de alimentos, adaptarse mejor a los impactos del cambio climático y rescatar y preservar los recursos naturales.
En las celebraciones del día, se hace un llamamiento a toda la comunidad mundial para que tratemos la tierra como un capital natural preciado y limitado que debemos restaurar.
Cada uno de nosotros tenemos una función que cumplir porque el futuro es un tema que nos importa a todos y todas.
MsC Jorge Pulido Agüero.