En cada muestra de respeto por nuestros ancianos, expresamos aún más nuestro aprecio por aquellos que han avanzado en años. La Asamblea General de las Naciones Unidas ha proclamado el 15 de junio como el Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, este año el lema para esta conmemoración es “Las personas mayores en el punto de mira de las emergencias”. Las emergencias como las catástrofes naturales, las pandemias o los conflictos afectan de manera desproporcionada a las personas mayores en todo el mundo, exacerbando así su vulnerabilidad. Es muy importante tener en cuenta sus necesidades en la planificación y respuesta ante emergencias, ya que las personas mayores suelen tener condiciones de inmovilidad o enfermedades crónicas que pueden dificultar su traslado.
Según la Organización Mundial de la Salud estima que entre el 4% y el 6% de las personas mayores de todo el mundo han sufrido alguna forma de abuso y maltrato, ya sea físico, financiero o emocional. Además, investigaciones recientes sugieren que el abuso, el abandono y la violencia contra las personas mayores, tanto en el hogar como en las instituciones, son mucho más frecuentes de lo que se ha reconocido. Muchas personas mayores son víctimas de abuso, le puede suceder a cualquier ser humano en esta etapa de la vida, sin importar su raza, religión o antecedentes. Puede suceder en muchos lugares, inclusive en la casa de la persona mayor, en la casa de un miembro de la familia, o en otro lugar o institución de residencia.
Entre los factores de riesgo que pueden incrementar la posibilidad de que un anciano sufra malos tratos se incluyen, en el ámbito individual, la mala salud física y mental de la víctima y los trastornos mentales, así como el abuso del alcohol y las sustancias psicotrópicas en el caso del agresor. Entre otros factores individuales que pueden incrementar el riesgo de malos tratos se incluyen el sexo de la víctima y el hecho de compartir vivienda. El aislamiento social de los cuidadores y de las personas mayores con la consiguiente falta de apoyo social, es un importante factor de riesgo para el maltrato a las personas mayores por parte de sus cuidadores.
Tales actos son un ataque inaceptable a la dignidad humana y a los derechos humanos. Lo que es peor, a menudo esos hechos no son denunciados ni atendidos. En Cuba los adultos mayores constituyen la memoria histórica viva de nuestro pueblo, de una sociedad bien envejecida, en tiempos económicos complejos se buscan alternativas que garanticen beneficios y bienestar, en aras de una mayor calidad de vida.
Cuidar de aquellos que nos han cuidado, más que un deber, es un honor.