La palabra cáncer llena de temor a la gran mayoría de las personas, y es que en sentido general todos los órganos y tejidos de nuestro cuerpo, pueden ser afectados por esta patología. Pero, ¿es prevenible, es diagnosticable? Para ambas preguntas la respuesta es afirmativa.
Hoy hablaremos del Cáncer de próstata, afección exclusiva del sexo masculino.
¿Qué es la próstata?
Es una glándula, ubicada anatómicamente en la pelvis, detrás del pubis, delante del recto y por debajo de la vejiga. Forma parte del sistema reproductor masculino, produce parte del líquido que conforma el semen, dándole al mismo el aspecto lechoso, éste protege y nutre los espermatozoides.
Se estima que a nivel mundial un millón 414 mil 259 personas fueron diagnosticadas con Cáncer de próstata en el 2020, es el cuarto tipo de cáncer a nivel mundial. Con más de 412 mil nuevos casos y más de 85 mil muertes, el cáncer de próstata ocupa el primer lugar en las Américas en cuanto a casos nuevos y el segundo en cuanto a muertes por cáncer en hombres.
En Cuba en 2022, según consta en el anuario estadístico, un total de 3403 hombres, fallecieron a causa de esta enfermedad, la que ocupó el primer lugar entre las causas de muerte en nuestro país.
La enfermedad se origina cuando las células de este órgano comienzan a crecer fuera de control, las células malignas (cancerosas) invaden el tejido prostático, provocando un agrandamiento de la misma, que en estadios posteriores puede invadir la vejiga, el recto, el tejido óseo, órganos de la pelvis y cuerpo en general (metástasis).
Como cualquier otra enfermedad en sus inicios puede pasar inadvertida, y solo un pequeño porcentaje de los pacientes son diagnosticados por exámenes de detección y no por la sintomatología.
El cáncer de próstata por lo general muestra sus síntomas en una fase avanzada, no obstante, hay que prestar especial atención a los siguientes síntomas:
⦁ Dificultades para orinar (dolor, ardor, nicturia, urgencia miccional)
⦁ Disminución de la fuerza del flujo de la orina
⦁ Esfuerzo para vaciar la vejiga y pérdida del control del esfínter.
⦁ Sangre en la orina (hematuria)
⦁ Disfunción eréctil (impotencia sexual)
⦁ Eyaculación dolorosa y sangre en el semen (hemospermia)
⦁ Dolor o presión en la pelvis, testículos, recto, caderas y espalda.
⦁ Dolores óseos y pérdida de peso sin causa aparente
¿Cuáles son los principales factores de riesgos que están asociados a esta enfermedad?
Debemos hablar de factores sobre los que no podemos modificar o cambiar como:
⦁ Edad: es más frecuente después de los 50 años
⦁ Raza: en la raza negra es más frecuente
⦁ Nacionalidad: es más común en Norteamérica, región noroeste de Europa, Australia e islas del Caribe
⦁ Antecedentes familiares: antecedentes de padre, hermano o hijo con cáncer de próstata o mamas.
⦁ Cambios genéticos heredados: mutaciones hereditarias de los genes BRCA1 o BRCA 2, Síndrome de Lynch (Cáncer colorrectal hereditario sin poliposis).
Y otros sobre los que podemos actuar para cambiarlos como:
⦁ Alimentación: se relaciona a dietas poco saludables ricas en grasa
⦁ Obesidad: Se asocia a un grado más agresivo del cáncer
⦁ Tabaquismo: Se vincula a la incidencia de este tipo de cáncer
⦁ Infecciones de transmisión sexual (ITS): (gonorrea, clamidia)
⦁ Otros factores: alcoholismo, exposición a sustancias químicas (cadmio)
En relación con los factores de riesgo, se hace necesario aclarar, que el hecho de que el hombre cuente con algunos de ellos, no necesariamente significa que desarrollará la enfermedad.
Recomendaciones para la prevención
Con el aumento de la expectativa de vida en nuestro país, es importante e indispensable, incrementar la educación de la población en la prevención de factores de riesgo asociados al desarrollo y progresión de la enfermedad.
En el caso de los que no podemos modificar, es importante que todo hombre mayor de 50 años, asista a consulta una vez al año para que sea examinado de rutina, así se puede determinar si tiene algún factor de riesgo asociado y se le indica el examen de PSA (Antígeno de Superficie Prostático), que es el específico en el diagnóstico de dicha enfermedad y un diagnóstico precoz aumenta la probabilidad de supervivencia.
En cuanto a factores que podemos trabajar para modificar, se aconseja:
⦁ Seguir una dieta saludable, rica en frutas frescas y verduras.
⦁ Controlar el peso corporal, para evitar la obesidad.
⦁ Practicar estilos de vida saludables: incrementar la actividad física, hacer ejercicios para evitar el sedentarismo.
⦁ Disminuir la ingestión de alcohol.
⦁ Eliminar el tabaquismo.
⦁ Mantener una salud sexual adecuada: (evitar cambios frecuentes de pareja, relaciones sexuales protegidas mediante el uso del condón para evitar las ITS)
¡Es importante cuidar la salud del hombre! No sienta temor de acudir al médico, él es la persona con la que siempre estará seguro.
Dra. Vivian R. Ruiz Guerrero