Aun cuesta desprender del imaginario popular la visión que presenta el consumo de alcohol como un elemento indispensable para el disfrute y la diversión. Cuba no escapa de esa representación social y cultural que se asienta en la historia y la tradición común. Pero, los avances de la ciencia en el campo de los cuidados de la salud proponen otras maneras de socialización y disfrute.
En este sentido, resulta fundamental el trabajo educativo con los jóvenes, para que no se inicien temprano en el consumo del alcohol e incorporen la noción del consumo responsable como un elemento de protección y control para el resto de su vida. No por gusto el alcoholismo constituye la causa directa de muerte en 3 millones y media de seres humanos cada año y la causa asociada en caso de los accidentes de tráfico, los traumatismos y discapacidades que afectan a unos 50 millones de personas.