La tuberculosis, prevenible y curable

El tema del Día Mundial de la Tuberculosis 2024 “¡Sí! ¡Podemos poner fin a la TB!”, transmite un mensaje de esperanza de que es posible encaminarse para cambiar la tendencia de la epidemia de tuberculosis a través de un liderazgo de alto nivel, una adopción más rápida de las nuevas recomendaciones de la OPS/OMS, una acción acelerada y una colaboración multisectorial. La eliminación de tuberculosis para 2030 es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. La campaña se centra en acelerar el compromiso para terminar con la tuberculosis, consecuente a la declaración de la Reunión de Alto Nivel de Naciones Unidas sobre TB del año 2018, mediante acciones de promoción de salud, prevención, diagnóstico y tratamiento de la tuberculosis dirigidas a los trabajadores de la salud, la población, con énfasis en los grupos más vulnerables, sectores, asociaciones y otros actores de la sociedad.

La tuberculosis (TB) es una enfermedad infecciosa transmisible y curable, causada por una bacteria que afecta esencialmente al aparato respiratorio, donde produce la destrucción de los tejidos pulmonares, aunque puede afectar cualquier órgano del cuerpo. La infección se transmite de persona a persona a través del aire, cuando un enfermo de tuberculosis pulmonar habla, se ríe, tose, estornuda o escupe, expulsa bacilos tuberculosos al aire, basta con que una persona inhale unos pocos bacilos para quedar infectada.

Los síntomas habituales de la tuberculosis pulmonar activa son, tos productiva (a veces con sangre en el esputo), dolores torácicos, debilidad, pérdida de peso, fiebre y sudores nocturnos. Por lo general, cuando alguien desarrolla tuberculosis activa, los síntomas pueden ser leves durante muchos meses. Esto puede generar que la persona afectada tarde en buscar atención médica, con el  riesgo de trasmitir el bacilo a otras personas.Si una persona se encuentra infectada por el bacilo de la tuberculosis, puede ser que la misma aún no haya contraído la enfermedad ni pueda trasmitir la infección. Durante el transcurso de la vida de una persona con tuberculosis, la bacteria puede persistir como una infección sin la necesidad de convertirse en una enfermedad activa. Las personas inmunodeprimidas,como por ejemplo las que viven con el VIH, padecen desnutrición o diabetes, o son consumidores de tabaco, presentan una mayor posibilidad de contraer la enfermedad. La tuberculosis activa es una enfermedad que tiene cura.

Al ser una enfermedad de carácter infeccioso, se debe prevenir el contagio del bacilo tuberculoso con las siguientes medidas:

  • Evitar el contacto con la persona con la enfermedad activa
  • Utilizar medicamentos como medida de prevención en los casos de riesgo elevado
  • Lavarse las manos con frecuencia y de manera adecuada.
  • Estornudar o toser en un pañuelo de papel o sobre el codo, nunca sobre las manos.
  • Utilizar nasobuco en caso de que los estornudos y la tos sean recurrentes.
  • Usar toallas, vasos, y cubiertos propios en lugar de compartirlos.

En Cuba existe un Programa de Prevención y Control de la Tuberculosis establecido por el Ministerio de Salud Pública, y se aprecia una disminución de los casos diagnosticados en los últimos 15 años y una baja mortalidad por esta causa, además, cero muertes infantiles, situación que denota claramente la voluntad política ante esta epidemia mundial. Va más allá del ámbito sanitario, incluyendo también los determinantes sociales y ambientales de la enfermedad. Es una meta común, que resume toda la prioridad política y gubernamental al tema en nuestro país. La mayor de las Antillas, aunque se encuentra entre las de menor incidencia en el mundo, con una tasa inferior a 10 infectados cada 100 mil habitantes, avanza en el cumplimiento de los objetivos de la estrategia “Fin de la TB”, esbozada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Los invitamos a intensificar los esfuerzos dirigidos a poner fin a la epidemia mundial de TB. Trabajemos juntos para poner Fin a la TB