El Día Mundial del Agua se celebra cada 22 de marzo desde 1993 por designación de la Asamblea General de las Naciones Unidas, como un medio para centrar la atención en la importancia del agua dulce y abogar por la gestión sostenible de este recurso. De esta forma se invita a los Estados a celebrar este día realizando diferentes actividades para fomentar la conciencia pública mediante la difusión de documentales y organizando exposiciones, conferencias y otras acciones que informen acerca del desarrollo y conservación de los recursos hídricos y se tomen medidas para solucionar los problemas relacionados con el agua. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), han elegido el lema de este año “Agua para la paz” y nos recuerda que este líquido vital no solo es un recurso a gestionar, sino un símbolo de vida.
El agua es un derecho fundamental para la preservación de la vida, en todas sus formas. Considerada como un derecho humano, este valioso e indispensable recurso natural no llega de forma segura a un gran número de personas en distintos países, sobre todo a los más pobres, donde el agua potable no es accesible. Según la Organización de las Naciones Unidas(ONU) la población más afectada es la carente de recursos económicos, donde el saneamiento de las aguas es un verdadero lujo.
Más de un tercio de la población mundial no goza de los servicios de agua potable segura, lo que se traduce a más de 2.000 millones de personas que no reciben agua de calidad en sus hogares. Por esta razón mueren hombres, mujeres y niños cada año. Una de las razones del Día Mundial del Agua precisamente es una oportunidad para pensar en aquellas personas y lugares donde las necesidades de agua siguen siendo primordiales, y para tratar de trabajar juntos para encontrar una solución, teniendo en cuenta que el agua es un bien muy preciado.
Este día es una oportunidad para profundizar en los factores que intervienen en la obtención de agua potable, su suministro y cómo podemos marcar la diferencia para preservar este bien tan valioso. Para Cuba el agua constituye el principal desafío ambiental para garantizar su desarrollo, así como su seguridad ambiental y alimentaria, lo que sólo será posible mediante la gestión sostenible de sus recursos hídricos, sobre la base de la eficiencia, el uso racional y su protección
«El Gobierno y el Estado cubanos tienen la voluntad política y un entendimiento claro de la importancia que tiene el agua y por eso se garantiza, en lo posible, lo necesario para que sigan ejecutándose grandes inversiones, realizando mantenimientos a la infraestructura hidráulica y se continúe potenciando la voluntad hidráulica que impulsó el Comandante Fidel Castro Ruz»
El agua es un recurso renovable pero finito. Nuestra bella isla enfrenta, periódicamente, los efectos cambiantes del clima, por ello la voluntad hidráulica permanece. Cuba mantiene su compromiso del cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible. No. 6: Agua y saneamiento para todos antes de 2030 y con el Plan Nacional de Desarrollo Económico Social hasta 2030. La cita es este 22 de marzo y no sólo es una cita con el agua, sino que es un encuentro con la vida misma. Todos deberíamos hacernos eco de esta celebración si queremos tener energías limpias y renovables.
Del buen funcionamiento y la gestión equitativa del ciclo del agua dependen la salud pública y la prosperidad, los sistemas alimentarios y energéticos, la productividad económica y la integridad ambiental. Cada uno de nosotros tenemos en nuestra mano hacer un uso responsable del agua, pensemos que los cambios globales comienzan con pequeñas acciones.