El Día Mundial de la Cero Discriminación fue establecido en 2013 por la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), después de que el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA) pusiera en marcha su campaña en favor de la discriminación cero en el Día Mundial de la Lucha contra el sida. Por consiguiente, es celebrado todos los 1ros de marzo desde el año 2014. Ese día se establece para celebrar el derecho de todas las personas a vivir una vida plena y productiva con dignidad y pone de manifiesto cómo todas las personas pueden informarse y fomentar la inclusión, la compasión, la paz y sobre todo, un movimiento por el cambio, lo que contribuye a crear un movimiento mundial de solidaridad para poner fin a cualquier forma de discriminación.
Se trata de poner fin a la discriminación sea cual sea, porque en el mundo, actualmente existen desigualdades en el acceso y garantía de derechos por razones de sexo, edad, salud, ocupación, ingresos, discapacidad, orientación sexual, identidad de género, color de la piel y religión, entre otras. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas, la desigualdad está aumentando para más del 70% de la población mundial, lo que agrava el riesgo de división y obstaculiza el desarrollo económico y social. En este marco, se vuelve clave la eliminación de leyes, políticas y prácticas discriminatorias para garantizar la igualdad de oportunidades y reducir las desigualdades.
La discriminación es una realidad social muy difícil que continúa afectándonos hoy en día. Todas las personas tienen talentos únicos, que pueden ayudar y fortalecer las metas de sus países para mitigar la discriminación que sigue siendo un obstáculo para alcanzar un mundo justo y equitativo. Todos los seres humanos, no importa lo diferente que parezcan, gozamos de los mismos derechos, establecidos por la Declaración Universal de los Derechos Humanos y nadie tiene la potestad de arrebatar los derechos a otras personas.
La discriminación y las desigualdades están estrechamente relacionadas. Las formas de discriminación interconectadas – ya sean estructurales o sociales – contra individuos y grupos pueden conducir a una amplia gama de desigualdades, por ejemplo, en los ingresos, los resultados educativos, la salud y el empleo. Sin embargo, las propias desigualdades también pueden dar lugar a la estigmatización y a la discriminación. Por lo tanto, al tratar de reducir las desigualdades, es fundamental abordar la discriminación.
Los miembros de las poblaciones clave son a menudo discriminados, estigmatizados y en muchos casos, criminalizados y señalados por las fuerzas del orden. Estudios recientes han demostrado que esta discriminación social y estructural, da lugar a importantes desigualdades en el acceso a la justicia y en los resultados relacionados con la salud. Por tal motivo y en el marco de la celebración del Día Mundial de la Cero Discriminación se decide lanzar la Campaña “Yo apoyo la Cero Discriminación” como parte de las actividades que se llevaran a cabo en el país, para celebrar esta fecha.