La inocuidad de los alimentos es un asunto de todos

El Día Mundial de la Inocuidad de los Alimentos se celebra cada 7 de junio y en 2023 conmemora su quinta edición. Cada año, 600 millones de personas se enferman debido a los 200 tipos diferentes de enfermedades que pueden ser transmitidas por los alimentos. La población con menos recursos y los jóvenes están entre los más afectados. Las normas no sólo ofrecen a los agricultores y elaboradores orientaciones sobre la manipulación higiénica de los alimentos, sino que definen también los niveles máximos de aditivos y contaminantes, entre otros componentes, que pueden ser consumidos con seguridad. Gobiernos, organizaciones y órganos regionales o intergubernamentales son los encargados de establecer dichas normas. “La inocuidad de los alimentos es un asunto de todos” es el eslogan del Día Mundial e insta a la responsabilidad de cada uno de nosotros para preservar los alimentos inocuos a lo largo de la cadena de suministro, desde el campo a la mesa. En cada parte de esa cadena, existen peligros que pueden causar contaminación.

Mantener los alimentos inocuos es un proceso complejo, que comienza en el cultivo y termina con el consumo. Es preciso tomar en consideración todas las etapas de la cadena alimentaria, la producción, almacenamiento, elaboración, manipulación y consumo. La inocuidad de los alimentos es la ausencia, o niveles seguros y aceptables, de peligro en los alimentos que pueden dañar la salud de quienes los consumen. Los peligros transmitidos por los alimentos pueden ser de naturaleza microbiológica, química o física y con frecuencia son invisibles a simple vista; bacterias, virus o residuos de plaguicidas, son algunos ejemplos. Las Enfermedades Transmitidas por Alimentos (ETA) constituyen un problema para la salud de la población. Todos los días, se reportan casos de personas que contraen enfermedades debido a los alimentos o el agua que consumen y que están contaminados por microorganismos, gérmenes patógenos y/o químicos tóxicos que incluso pueden llegar a causar la muerte, afectando principalmente a la niñez, la adolescencia, mujeres embarazadas, personas inmunosuprimidas y de la tercera edad.

¿Qué se entiende por inocuidad alimentaria?

La inocuidad alimentaria se refiere a la seguridad y control preventivo de la calidad de los alimentos, desde su producción primaria (incluyendo el almacenamiento, transporte, comercialización y distribución) hasta su consumo final, a fin de evitar la contaminación y las enfermedades que son transmitidas por el consumo de alimentos en mal estado. La ausencia de estos estándares pueden representar un grave peligro de salud para las personas, debido a que los alimentos pueden estar contaminados por algunos microorganismos como bacterias, virus o agentes químicos (insecticidas o pesticidas) que no pueden ser detectados a simple vista.

¿Por qué es importante la inocuidad alimentaria?

El acceso a alimentos inocuos y nutritivos en cantidad suficiente es fundamental para mantener la vida y fomentar la buena salud. Las enfermedades transmitidas por los alimentos suelen ser de naturaleza infecciosa o tóxica. Con frecuencia son invisibles a simple vista y están causadas por bacterias, virus, parásitos o sustancias químicas que entran en el organismo a través de alimentos o agua contaminados.

La inocuidad de los alimentos juega un papel fundamental a la hora de garantizar la seguridad de los alimentos en cada etapa de la cadena alimentaria: desde la producción hasta la cosecha, en el procesamiento, el almacenamiento, la distribución; hasta el final de la cadena, en la preparación y el consumo, el enfoque “Una Salud”  mejora la inocuidad alimentaria.

La Inocuidad  de los Alimentos aparece refrendada en  la  Gaceta Oficial No. 76 Ordinaria de 30 de octubre 2020, amparada por los: Decreto-Ley no. 9 “Inocuidad Alimentaria”  y el Decreto Ley 18/2020. Reglamento  para la implementación del Decreto Ley Inocuidad Alimentaria.

“Cuando come, ¿cómo sabe que sus alimentos son inocuos?”

Probablemente se haya lavado las manos, haya lavado los utensilios de cocina y haya cocinado los alimentos a la temperatura adecuada, que son todas buenas prácticas de inocuidad alimentaria. Posiblemente   has leído las etiquetas de los envases de los alimentos para ver qué ingredientes contiene el producto o cómo cocinarlo. Y quizás, sin darse cuenta, haya confiado en que todas las personas han cultivado, elaborado, envasado, distribuido y preparado sus alimentos correctamente de forma que los pueda disfrutar sin enfermar. Sus alimentos son inocuos y su confianza está justificada porque las personas que han participado en la elaboración de sus alimentos —ya sea cerca de su hogar o en el otro extremo del mundo— siguieron las prácticas establecidas de inocuidad alimentaria, que se presentan con claridad en forma de normas, las que  constituyen la base de la confianza para todos nosotros.

Alimentos inocuos, mejor salud.

Disponer de alimentos inocuos resulta esencial para la salud y el bienestar de las personas.  Solo cuando los alimentos son inocuos podemos aprovechar plenamente su valor nutricional y los beneficios mentales y sociales de compartir una comida inocua. Los alimentos inocuos son uno de los elementos fundamentales que garantizan una salud adecuada. Los alimentos nocivos son la causa de numerosas enfermedades y contribuyen a otras afecciones  que socavan nuestra salud, por ejemplo, problemas de crecimiento y desarrollo, deficiencias de micronutrientes, enfermedades transmisibles  y no transmisibles, así como enfermedades mentales.

Con una estimación anual de 600 millones de casos de enfermedades transmitidas por alimentos, los alimentos no inocuos son una amenaza para la salud humana y las economías. Afectan desproporcionadamente a las personas vulnerables y marginadas, especialmente a las mujeres, niños, adultos mayores y a las poblaciones sujetas a los conflictos y la migración. Se calcula que cada año mueren en el mundo 420.000 personas por comer alimentos contaminados. Asimismo, los niños menores de 5 años representan un 40 % de la carga de morbilidad por enfermedades de transmisión alimentaria, con 125.000 muertes al año.

“La inocuidad de los alimentos es un asunto de todos”