¿Por qué cuesta tanto trabajo registrar el peso del paciente?

Inicio > Del Editor > Editoriales anteriores > Editorial 23 Marzo 2003

En los Editoriales anteriores hemos explorado la asociación entre la pérdida reciente de peso del paciente y el resultado de la intervención quirúrgica. Iniciamos esta serie de comentarios con la presentación del artículo clásico de Studley, donde por primera vez se estableció esta asociación [1]. Seguimos después con las reflexiones de un cirujano cubano sobre cómo la Cirugía debe enfrentar y resolver los desafíos que representa la Intervención Nutricional Perioperatoria [2]. Ahora, en esta edición, concluimos esta serie (al menos provisionalmente) con otro Editorial, escrito esta vez por una Licenciada en Enfermería que ejerce en el Grupo de Apoyo Nutricional del Hospital Clínico-Quirúrgico “Hermanos Ameijeiras”. Vayamos a las presentaciones.

La Lic. Alicia Espinosa Borrás se graduó de una Maestría de Nutrición en Salud Pública organizada por el Instituto de Nutrición e Higiene de los Alimentos en 1996 – 1997, con un trabajo dedicado específicamente al aseguramiento antropométrico del paciente hospitalizado, al presentar un sistema para la obtención, registro e interpretación correctas de las variables antropométricas del paciente hospitalizado. El tema de su trabajo de terminación de Maestría pudiera ser trivial, pero fue la primera vez que una enfermera del área hospitalaria reunía en un documento líneas de acción, procedimientos y estándares de referencia para la correcta medición e interpretación de los indicadores antropométricos del paciente, algo que siempre había sido privativo de los centros de investigación de nuestro país. La Lic. Espinosa Borrás se insertó después en la práctica del Grupo de Apoyo Nutricional de su hospital de pertenencia, y tuvo una destacada participación en la conducción del Estudio Cubano de Desnutrición Hospitalaria. Precisamente en su Editorial la Lic. Espinosa Borrás nos ofrece una visión de sus experiencias en la realización de este estudio.

El peso del paciente sigue siendo el indicador de elección del estado nutricional, por ser sencillo, barato y extremadamente útil en el reconocimiento de la desnutrición hospitalaria. Un correcto aseguramiento antropométrico del paciente hospitalizado podría significar ahorros sustanciales en acciones de Enfermería. Esa, al menos, es la tesis que se desprende de su Editorial. Cabe entonces la pregunta: ¿por qué todavía hay tantos casos de pacientes que no son pesados al ingreso?

El Estudio Cubano de Desnutrición Hospitalaria devolvió resultados alarmantes. En apenas la mitad de las Historias Clínicas revisadas se había registrado la talla y el peso del paciente en el momento del ingreso. En sólo el 5% de estas Historias se había anotado el peso habitual del paciente. Más preocupante aún fue la constatación de que en muy pocas Historias se registraba evolutivamente el peso del paciente a lo largo de su internamiento hospitalario.

Una vez más, llama la atención de que sea tan difícil obtener, documentar e interpretar correctamente un indicador tan sencillo como lo es el peso actual del paciente. Es todavía más lamentable que el personal de Enfermería haya perdido el hábito de registrar el peso del paciente. Cuando converso con mis profesores sobre estos temas, ellos siempre me refieren cómo, en su época, la enfermera de la sala donde estaban estudiando (o ejercían ya la profesión) dedicaba un día de la semana para pesar a todos los pacientes ingresados, y anotaba escrupulosamente los valores obtenidos del peso en la Historia Clínica. Estos profesores referían con orgullo cómo tales enfermeras alertaban tempranamente al equipo de salud sobre aquellos pacientes que perdían peso sostenidamente, a fin de iniciar acciones oportunas para revertir tal situación.

¿Por qué esta costumbre nos parece tan extraña y a la vez tan lejana? ¿Debemos resignarnos a perder una información tan valiosa del paciente? En los momentos actuales, donde se hace imperioso emplear de forma eficaz los recursos que tenemos, ¿no nos hemos puesto a pensar que el conocer la evolución del peso del paciente podría ser una vía para lograr una mejor atención asistencial? Si tenemos en cuenta que la enfermera es la que en definitiva pasa la mayor parte del tiempo al lado del paciente, que se vuelve confidente de sus penas y temores, y que le corresponde un papel preponderante en la conducción de las acciones terapéuticas prescritas al paciente, sólo es lamentable que tengamos que renunciar a un dato tan valioso.

Pienso que el Editorial de la Lic. Espinosa Borrás puede contener respuestas a algunas de estas preguntas. Por lo menos, es otro alerta acerca de cuánto nos falta para lograr la excelencia en nuestro trabajo. Muchas veces se me acercan enfermeros y enfermeras interesados en la actividad investigativa. Pues bien, determinar las posibles causas de por qué no se pesa al paciente hospitalizado, y proveer posibles soluciones podrían ser líneas de investigación muy productivas, y sobre todas las cosas, muy útiles.

Espero que les sea útil.

Con mis mejores afectos,

Dr. Sergio Santana Porbén.
El Editor.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

[1] Una (siempre) oportuna mirada a los clásicos. El Editorial del 25 de Enero del 2003.
[2] La Cirugía ante los desafíos de los nuevos paradigmas de la Nutrición Perioperatoria. El Editorial del 18 de Febrero del 2003.