Inicio > Del Editor > Editoriales anteriores > Editorial 15 Diciembre 2002
Nos estamos acercando al final del año 2002. Ha sido un año intenso para la Sociedad Cubana de Nutrición Clínica, que ha estado enfrascada en su crecimiento y expansión, y al mismo tiempo, trabajando en la organización del IX Congreso Latinoamericano de Nutrición Parenteral y Enteral, que se celebrará en La Habana, durante el verano del 2003.
Les debo un editorial con el balance de las actividades de la Sociedad, y las próximas tareas a cumplir, pero ahora les propongo otro editorial invitado, también escrito, en este caso, por una enfermera, sobre cómo los enfermeros y enfermeras deben enfrentar (como gremio) las nuevas formas de la organización de la prestación de cuidados alimentarios y nutricionales a los pacientes necesitados.
No es que quiera aburrirles con el tema de la Enfermería, pero deseo aprovechar mi Columna para reconocer expresamente la labor callada y disciplinada de un personal que, en definitiva, consume su jornada de trabajo al lado de la cama del paciente. Siempre digo que, en virtud de la dinámica de trabajo en la que lo(a)s médico(a)s estamos envueltos, sólo podemos dedicarles unos minutos de nuestro agitado horario a nuestros enfermos. Sin embargo, los enfermeros y enfermeras despiertan a los pacientes para darles el desayuno y las medicinas, hacerles las extracciones de sangre indicadas, prepararlos para las pruebas diagnósticas programadas, hacer cumplir el plan terapéutico ordenado, y preocuparse de los mil y un detalles que conlleva la atención de un paciente y sus familiares. La cotidianeidad de estas acciones nos hace pasar muchas veces por alto lo indispensable que es la labor de la Enfermería. Es por ello que los enfermeros y enfermeras ocupan una posición ventajosa en el reconocimiento, tratamiento y prevención de la desnutrición asociada a las enfermedades. Por otro lado, la experiencia que acumulan los enfermeros y enfermeras en su trato diario con el paciente y sus familiares se convierte en una fuente inagotable de conocimientos que muchas veces no encuentra su debido cauce. Es entonces para mí muy grato colocar en mi Columna las reflexiones de lo(a)s enfermero(a)s sobre cómo enfrentar los problemas de la desnutrición asociada a las enfermedades desde sus respectivas áreas de influencia.
En el caso del Editorial Invitado de esta ocasión, su autora, la Lic. Carmen Martínez González, es una enfermera experimentada que durante mucho tiempo estuvo dedicada a la atención al paciente crítico en el Servicio de Terapia Intermedia Polivalente del Hospital Clínico-Quirúrgico “Hermanos Ameijeiras”, atención que incluía también la instalación y monitoreo de los esquemas de apoyo nutricional instalados en estos enfermos.
La Lic. Martínez González fue de las primeras enfermeras del Hospital “Hermanos Ameijeiras” en graduarse de la Maestría en Nutrición en Salud Pública (ofertada por el Instituto de Nutrición e Higiene de los Alimentos), y fundó, junto con el Dr. Jesús Barreto Penié, el Grupo de Apoyo Nutricional (GAN) de la institución. En su nueva posición como enfermera de un GAN hospitalario, la Lic. Martínez González reflexiona sobre cómo hacer más efectiva la labor de la Enfermería dentro de los programas hospitalarios de intervención alimentario y nutricional, y cuáles son los nuevos retos que deben enfrentar los enfermeros y enfermeras que participen de esta novedosa forma de organización de los cuidados alimentarios y nutricionales.
Espero que le sea útil.
Con mis mejores afectos,
Dr. Sergio Santana Porbén.
El Editor.