La mala nutrición en Pediatría: ¿Cómo enfrentarla?

Inicio > Del Editor > Editoriales anteriores > Editorial 17 Junio 2003

En esta ocasión les propongo el Editorial escrito por la Dra. Virginia Díaz-Argüelles, pediatra y neonatóloga, y que ahora se desempeña en la Escuela de Salud Pública, sobre la mala nutrición en Pediatría.

Con este Editorial aprovecho para hacer justicia histórica. Les corresponde a los pediatras el mérito de haber estado siempre alertas sobre la nefasta influencia de la desnutrición entre los niños. De hecho, es durante nuestra rotación por la especialidad de Pediatría, en ocasión del tránsito por la etapa premédica, en la que nos exponemos por primera (y en muchas ocasiones única) vez a los temas de Alimentación y Nutrición. Es en este momento tan singular en que oimos hablar de desnutrición, se nos describen los cuadros clínicos de presentación de la misma (aquí es donde nos enteramos de la existencia de la palabra kwashiorkor), y se nos insiste en la importancia de la lactancia materna y una correcta ablactación. Es por lo tanto lamentable que nunca más volvamos a tocar estos temas en el resto de la carrera de Medicina.

También a los pediatras les ha tocado el mérito de introducir en nuestro sistema de salud las técnicas de Nutrición artificial. Este es un capítulo de la historia de nuestra Medicina que merece ser documentado, por cuanto significó asimilar recursos y tecnologías novedosas, para aplicarlas creadoramente a nuestro arsenal terapéutico.

La Dra. Díaz-Argüelles estuvo dedicada durante muchos años al cuidado de los niños recién nacidos. En virtud de ello, la Dra. Díaz-Argüelles conoce de primera mano la repercusión que puede tener el desmedro nutricional adquirido en las etapas tempranas de la vida sobre el crecimiento y desarrollo ulterior del niño.

En su Editorial, la Dra. Díaz-Argüelles alerta sobre la elevada frecuencia de los cuadros de desnutrición entre la población infantil, a la vez que advierte de que la desnutrición no es forzosamente una condición propia de comunidades humanas desposeídas del Tercer Mundo (como podría ser la visión tradicional, y por lo tanto, estereotipada), sino que puede pasar inadvertida, e incluso esconderse, en las salas de nuestras instituciones pediátricas. En lo tocante a este punto, le informo a los lectores que la Sección de Pediatría de la Sociedad Cubana de Nutrición Clínica está conduciendo una Encuesta Nacional de Desnutrición en Hospitales Pediátricos, que nos permitirá finalmente conocer la envergadura de este problema de salud. Así que este Editorial no podía ser más oportuno.

Espero que les sea útil.

Con mis mejores afectos,

Dr. Sergio Santana Porbén.
El Editor.