¿Qué es el dengue?

El dengue es una enfermedad vírica; es decir, producida por un virus. El virus del dengue se transmite a las personas a través de mosquitos hembras, principalmente de la especie Aedes aegypti y, en menor grado, de la especie Aedes albopictus. Es común en áreas cálidas y húmedas del mundo. El virus del dengue provoca un cuadro de amplio espectro patológico, que puede abarcar desde una enfermedad asintomática (es posible que la persona no se percate de la infección) hasta síntomas graves similares a los de la gripe en las personas infectadas. Si bien es menos frecuente, algunas personas evolucionan hacia un dengue grave, que puede entrañar un número indeterminado de complicaciones vinculadas a hemorragias graves, insuficiencia orgánica y permeabilidad capilar, la cual provoca que una parte del líquido y algunas proteínas de la sangre se extravasan hacia el tejido extracelular. El dengue grave conlleva un mayor riesgo de muerte si no se trata debidamente.

El virus que causa el dengue pertenece a la familia Flaviviridae que tiene cuatro serotipos distintos, aunque estrechamente emparentados: DENV-1, DENV-2, DENV-3 y DENV‑4. Por esta razón, una persona puede infectarse con el virus del dengue hasta cuatro veces durante su vida.

¿Qué es el dengue hemorrágico (DH)?

El dengue grave, conocido también como dengue hemorrágico (DH), fue identificado por primera vez en los años cincuenta del siglo pasado durante una epidemia que tuvo lugar en Filipinas y Tailandia. Hoy en día, afecta a la mayor parte de los países de Asia y América Latina y se ha convertido en una de las principales causas de hospitalización y muerte entre niños y adultos de dichas regiones.

El DH es la forma más severa de infección con dengue. Puede ser mortal si no se la reconoce a tiempo y no se aplica un tratamiento apropiado. El DH es causado por una infección con los mismos virus que causan el dengue. Con un buen manejo médico, la mortalidad por DH puede ser menor de 1 %. El paciente entra en lo que se denomina fase crítica por lo general de 3 a 7 días después de iniciarse la enfermedad. Durante las 24-48 horas de la fase crítica, una pequeña parte de los pacientes puede manifestar un deterioro repentino de los síntomas. Es en este momento, al remitir la fiebre en el paciente (por debajo de 38 °C/100 °F), cuando pueden manifestarse los signos de alerta asociados al dengue grave.

Los signos de alerta pueden ser:

dolor abdominal intenso
vómitos persistentes
respiración acelerada
hemorragias en las encías o la nariz
fatiga
agitación
agrandamiento del hígado (hepatomegalia)
presencia de sangre en el vómito o las heces

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