Astenia es el término médico para el cansancio. Se define como la incapacidad de mantener una fuerza inicial durante un esfuerzo continuo. Es una situación fisiológica normal, siempre y cuando sea consecuencia de un esfuerzo intenso o prolongado.
En este caso, tras un descanso reparador, todo vuelve a la normalidad.
Sin embargo, cuando el cansancio aparece tras un leve esfuerzo o incluso antes de cualquier esfuerzo, sería más adecuado hablar de astenia. Es entonces un cansancio duradero que se traduce en una sensación de debilidad y falta de vitalidad generalizada, tanto física como intelectual, que reduce la capacidad para trabajar e incluso para realizar las tareas más sencillas.
La astenia puede manifestarse de forma constante, sin que se haya realizado ningún tipo de esfuerzo, y es insensible o poco sensible al descanso.
Ante la presencia de este síntoma, siempre es recomendable la valoración de un médico, ya que puede traducir alguna enfermedad seria. Para su tratamiento, es frecuente el uso de complejos vitamínicos y de algunas plantas medicinales con acción tonificante, que aportan un estímulo fisiológico, no irritativo, a las funciones del sistema nervioso central.
Además de lo anterior, es recomendable seguir una dieta sana y equilibrada, respetar las horas de sueño y realizar ejercicio físico moderado regularmente.
Dentro de las opciones existentes entre las plantas medicinales para ayudar a tratar la astenia, se pueden recomenda
Beta vulgaris (remolacha): Se utiliza el tubérculo crudo fresco bien lavado, con el que se preparan 100 mililitros de jugo y se bebe una o más veces al día.
Cucurbita moschata (calabaza): Se prepara un caldo con seis cucharadas de las hojas bien troceadas en un litro de agua y se recomienda beber una taza, equivalente a 250 mililitros, tres veces al día.