La Ozonoterapia en Cuba

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Por: Orfilio Peláez.
Desde la primera mitad de la década de los 70 de la pasada centuria, Cuba empezó a incursionar en esta línea investigativa, al gestarse en el Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNIC) lo que tiempo después sería el primer grupo de ozono en el país, cuya misión inicial consistió en validar las propiedades y usos terapéuticos del llamado gas azul.


 Incluida dentro de las modalidades de la Medicina Natural y Tradicional reconocidas en Cuba, la ozonoterapia está extendida a todo el país. Foto: Archivo de Granma

Incluida dentro de las modalidades de la Medicina Natural y Tradicional reconocidas en Cuba, la ozonoterapia está extendida a todo el país. Foto: Archivo de Granma

Cuenta la bibliografía especializada que en 1840 el químico alemán Christian Schonbein logró producir en su laboratorio una descarga eléctrica silenciosa dentro de un tubo por el cual fluía aire.

El singular experimento provocó la aparición de una chispa de color violeta, que por momentos adquirió una tonalidad azul intensa, mientras al mismo tiempo un olor fuerte y penetrante invadió todo el local.

Aquel suceso marcó el descubrimiento del gas ozono, palabra proveniente del griego que significa olor, el cual constituye una variedad inestable del oxígeno compuesta por tres átomos en lugar de dos. Su fórmula química es o3.

La propiedad más notable que se le descubrió al ozono en sus inicios fue su alto valor germicida y fungicida. Dichas características hicieron que ya en los años finales del siglo XIX y principios del XX, el promisorio gas fuera utilizado en algunos países de Europa, como Francia, Alemania y Rusia, en la desinfección de aguas.

Durante la primera guerra mundial, el médico germano H. Wolff lo empleó en hospitales de campaña para tratar heridas, fracturas abiertas y otros traumas.

Lejos estaba de imaginar que dicho proceder lo convertiría en uno de los pioneros de un tipo de tratamiento inédito que, con el decursar del tiempo y fundamentado en el conocimiento científico, expandiera de forma notoria su campo de empleo en disímiles especialidades médicas.

AVALADO POR EL TIEMPO

Desde la primera mitad de la década de los 70 de la pasada centuria, Cuba empezó a incursionar en esta línea investigativa, al gestarse en el Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNIC) lo que tiempo después sería el primer grupo de ozono en el país, cuya misión inicial consistió en validar las propiedades y usos terapéuticos del llamado gas azul.

Si bien en un principio las aplicaciones empezaron por la purificación del agua para consumo humano, a partir del empleo de equipos generadores del o3, diseñados y construidos en esa emblemática institución de la ciencia cubana (también elabora productos ozonizados con fines farmacéuticos y cosmetológicos), ya en 1986 el profesor Orfilio Peláez Molina lo introduce en el servicio de oftalmología del capitalino hospital Salvador Allende, dentro del esquema terapéutico diseñado bajo su guía para tratar la retinosis pigmentaria, enfermedad degenerativa de la visión que figura entre las principales causas de ceguera en el mundo.

Como indicó a Granma la doctora Mirta Copello Noblet,  especialista de Segundo Grado en Oftalmología y fundadora, junto al doctor Peláez, del Centro de Referencia Nacional de Retinosis Pigmentaria que radica en esa propia entidad de salud, en el seguimiento evolutivo  hecho a un alto número de pacientes a lo largo de más de tres décadas, a los cuales se les ha aplicado con la sistematicidad requerida la ozonoterapia en estadios tempranos de la enfermedad, hemos comprobado que la mayoría experimentan una mejoría apreciable de su calidad de vida, pues mantienen el campo visual y la evolución de la enfermedad  se enlentece de forma significativa. Buena parte de ellos, aseveró la doctora Copello, logran trabajar y hacen su vida normal.

Para seguir profundizando en los beneficios de ese proceder en la retinosis pigmentaria, dicho centro y el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK) desarrollan en la actualidad un proyecto investigativo conjunto.

Justo mencionar que el Instituto de Angiología del hospital Salvador Allende también fue pionero en el empleo del ozono con fines medicinales durante los años 80 del pasado siglo.

Hoy la ozonoterapia está extendida como tratamiento complementario y coadyuvante en todo el archipiélago cubano, y su uso abarca un amplio grupo de especialidades, que incluyen la ortopedia, neurología, odontología, pediatría, oftalmología, dermatología, reumatología y oncología, por mencionar algunas.

Incluso, en 2010 fue aprobada como una de las diez modalidades de la Medicina Natural y Tradicional reconocidas en nuestro país, al tiempo que a nivel internacional Cuba aparece entre las naciones con más investigaciones en tan promisorio campo.

Figuran entre ellas, por ejemplo, las emprendidas en el Instituto Nacional de Oncología y Radiobiología (INOR), vinculadas al cáncer.

Acerca del tema, la Investigadora Auxiliar y Máster en Ciencias Janet Cepero Cañas, jefa de Sección de  Estudios Preclínicos del INOR, dijo a Granma que desde el punto de vista preclínico y clínico se han realizado investigaciones para evaluar la eficacia del ozono medicinal en las reacciones adversas asociadas a la quimio y la radioterapia, así como sus beneficios en la respuesta contra diferentes tumores malignos en modelos experimentales, utilizando varios esquemas de tratamiento.

No menos significativos son los estudios clínicos desarrollados en el IPK  sobre su empleo  en pacientes con VIH/Sida, fundamentalmente.

En el plano asistencial resaltan los favorables resultados en el tratamiento de hernias discales en sus localizaciones lumbar, dorsal y cervical, reportándose un significativo alivio del dolor y la mejoría en la calidad de vida de los pacientes. Dentro de las instituciones líderes de dicha aplicación figura el Centro de Investigaciones Médico-Quirúrgicas (Cimeq).

Una muestra de los avances obtenidos por Cuba fue presentada en el taller Ozone Frontier IV, encuentro bilateral Cuba-Estados Unidos, que organizado por el IPK, la Sociedad Cubana de Farmacología, el Centro de Referencia Nacional de Retinosis Pigmentaria, el CNIC y el Grupo de Terapias con Ozono de Estados Unidos, sesionó recientemente en La Habana.

Participaron en el evento el doctor Mark Weiser, coordinador principal y auspiciador de la cita; el doctor Frank Shallenberger, presidente de la Asociación Americana de Ozonoterapia, y el doctor  Fadi Sabahh, vicepresidente del Comité Internacional de Ozonoterapia, entre otras distinguidas personalidades.

Tomado del diario Granma

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