Por: Claudia Pis Guirola.
La capital cubana atiende alrededor de 11 mil casos de cáncer cada año, lo cual demuestra que la atención a esta enfermedad es una de las principales prioridades del sistema de Salud provincial, aseguró a la Agencia Cubana de Noticias el doctor Francisco Perera Fernández, uno de los coordinadores del Programa de Cáncer en la ciudad.
Estos pacientes reciben asistencia tanto en las unidades de subordinación provincial como en las tres de nivel nacional radicadas en el territorio: el Instituto Nacional de Oncología, el hospital Hermanos Ameijeiras y el Centro de Investigaciones Médico Quirúrgicas (CIMEQ), especificó el facultativo.
Los tipos de cáncer más comunes, tanto en hombres como en mujeres, son los de pulmón y colon, mientras en el sexo femenino destaca el de mama y en el masculino el de próstata, siendo a la vez los de mayor incidencia en la mortalidad asociada a esa causa.
Solo en el primer semestre de 2020 fallecieron en La Habana dos mil 713 pacientes por esta enfermedad, que ocupa actualmente la segunda causa de muerte en la provincia, superado por las afecciones cardiovasculares y seguido por las cerebrovasculares.
Perera Fernández dijo que en función de garantizar el acceso universal e integral al tratamiento al cáncer, casi la totalidad de los centros hospitalarios del territorio cuentan con servicios de oncología compuestos por sólidos colectivos profesionales, entre los que se encuentran los 11 hospitales clínico-quirúrgicos y los dos militares.
Además, señaló que las ocho instituciones ginecobstétricas de la ciudad cuentan con laboratorios de citología y consultas de patología de cuello donde se proceden a pequeñas intervenciones quirúrgicas, como conizaciones, y al diagnóstico y tratamiento inicial del cáncer.
En tanto, para el tratamiento infantil existen reconocidos servicios oncológicos en los hospitales pediátricos Juan Manuel Márquez y William Soler, puntualizó el doctor.
Resulta importante mencionar –agregó– que todas estas salas cuentan con capacidades para pacientes en estado terminal que no han logrado responder al tratamiento (alrededor del 30 por ciento de los diagnosticados), las cuales no son para largas estadías, pues se ha demostrado que aún con medicamentos para aliviar el dolor, donde mejor pueden estar estos pacientes es junto a su familia.
Asimismo, en las atenciones primaria y terciaria de Salud en las comunidades se desarrollan acciones, sobre todo de prevención y pesquisa, para la detección temprana de casos; entre ellas la realización de la prueba citológica en cada consultorio del médico y la enfermera de la familia, explicó Perera Fernández.
Este examen profiláctico se realiza a todas las mujeres entre 25 y 64 años sexualmente activas, aunque si en el área existe alguna más joven que ya mantiene relaciones sexuales también se incluye en el plan, añadió.
Otras de las intervenciones comunitarias en este sentido son la aplicación del PSA (Antígeno Prostático Específico) para determinar cáncer de próstata en los hombres, y análisis para buscar sangre oculta en las heces fecales, lo cual sería un indicador de cáncer de colon u otras áreas del sistema digestivo.
Sin embargo, para el facultativo uno de los trabajos más efectivos en ese sentido es la educación para la salud, teniendo en cuenta la importancia de la prevención a pesar de la existencia de determinados factores de riesgo genéticos.
De acuerdo a su experiencia, es fundamental desdeñar el mal hábito de fumar, mantener saludables prácticas alimentarias y disfrutar de una sexualidad responsable, pues algunas enfermedades de exclusiva transmisión sexual –como el virus del papiloma humano– son desencadenantes de cáncer cérvico-uterino.
En el caso de las embarazadas, es importante resaltar su responsabilidad en la salud del bebé y para evitar incidencia de cáncer en los recién nacidos es vital no exponerse a radiaciones innecesariamente, no fumar o ingerir bebidas alcohólicas, así como evitar medicamentarse con fármacos no autorizados, alertó el coordinador provincial.
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