El 1 de mayo del 2019 falleció en el Centro de Investigaciones Médico Quirúrgicas (Cimeq) el querido profesor Dr. Alberto Oramas Reyes (4 de agosto de 1945 – 1 de mayo de 2019). La Medicina cubana sufre la pérdida de un querido profesional que acogió en su vida grandes méritos y causó en sus compañeros y alumnos gran admiración.
El médico al que no le faltaron deseos porque decía que todavía no había terminado de aprender
Por Dr.C. Julio César Hernández Perera.
Después de una prolongada batalla contra el cáncer el primero de mayo del 2019 fallecía en el Centro de Investigaciones Médico Quirúrgicas (Cimeq), La Habana, el querido profesor de Medicina Interna, Alberto Domingo Oramas Reyes. Al morir tenía 74 años de edad.
Muchos lo conocieron coloquialmente como el «profesor Oramas» y sus alumnos y compañeros lo recordarán como un hombre en el que se alinearon un conjunto de cualidades como la humildad, modestia, disciplina, sencillez y el humanismo. Era del bando de los médicos capaces de establecer siempre relaciones interpersonales respetuosas y muchos de quienes tuvieron la oportunidad de conocerlo sabían que disimulaba hechos e historias vividos por él capaces de asombrar y constituir motivaciones para admirarlo mucho más.
Y es que su naturaleza le contuvo a hablar de sí mismo. Consideró su vida como la de cualquier otro médico formado por una Revolución, a la que tanto debía.
Al revisar algunos papeles escritos por él se puede encontrar esta frase que podemos considerar como la que le imprimió mayor fuerza a su vida; un derrotero que todos debemos mantener:
«Sin faltarme el deseo y el valor, todavía no he terminado de aprender».
Primeros años
Muchos creían que Oramas había nacido en Bayamo, Granma, porque constantemente hablaba de esa tierra, muchos pacientes de allá le llamaban, o como cuando se preguntaba por él en ese lugar lo recordaban; todo eso, a pesar de los años transcurridos. Y no fue así, solo en ese lugar transcurrió un breve momento de su vida y eso es expresión de las huellas que dejaba a su paso.
Nació el 4 de agosto de 1945 en La Habana. Tenía cinco hermanos y él era el tercero. Sus padres (Alberto Oramas Morales y Nilda Reyes SOA) eran pobres y se veían obligados constantemente a mudarse a diferentes localidades de la capital cubana mientras buscaban mejores trabajos que le permitieran sustentar a la familia.
Empezó sus estudios a los 5 años en una escuela pública de La Habana Vieja. Con posterioridad se le conocen otros centros escolares donde pasó su infancia motivados por cambios habituales de domicilio.
Durante este periodo se puede decir que ya se sembraban en la vida de Oramas inquietudes ideológicas al palpar en carne propia las grandes desigualdades sociales que caracterizaba a la Cuba vivida antes del año 1959. Su madre muchas veces trabajaba como empleada doméstica y el muchacho podía apreciar las grandes diferencias de clases: Grandes oportunidades para muy pocos, para los ricos, y muy escasas oportunidades para los pobres, quienes eran, además, la mayoría de la población cubana.
En 1956 ingresó en una escuela privada católica de la Víbora donde cursó hasta el cuarto año de bachillerato. En ese lugar fue admitido porque su madre trabajaba como lavandera de los sacerdotes y a cambio de su trabajo estos le ofrecían la oportunidad de que el joven recibiera clases en el lugar.
En 1959 la nueva Revolución le ofrecía nuevas oportunidades. Dejó la escuela privada y matriculó en el Instituto de Segunda enseñanza de la Víbora donde concluyó en el año 1962.
Con el triunfo de la revolución empezaron sus primeras actividades de integración revolucionaria. Formó parte de las llamadas «Patrullas juveniles», una organización de niños cubanos que había surgido como acuerdo de la Primera Plenaria Nacional de los Jóvenes Rebeldes y que constituían la génesis de la Unión de Pioneros de Cuba.
La Universidad
Al terminar el bachillerato formó parte del «Plan de Becas Universitarias» en un curso de preparación para estudios de la carrera de Medicina. Este Plan formaba parte de una estrategia de la Revolución que había surgido el 10 de enero de 1962 cuando se proclamó la Ley de Reforma de la Enseñanza Superior en la escalinata de la Universidad de La Habana durante la celebración del Aniversario 33 de la muerte de julio Antonio Mella y donde el Dr. Juan Marinello Vidaurreta tomó posesión como nuevo rector de esa casa de altos estudios.
Hay que recordar, además, que ese mismo año el Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, inauguró el Instituto de Ciencias Básicas y Preclínicas «Victoria de Girón» de La Habana.
Hasta el año 1969 cursó la carrera de Medicina en esa facultad y según se consta nunca tuvo dificultades académicas ni disciplinarias como estudiante universitario. Durante este periodo participó en múltiples labores de movilización estudiantil como miembro del llamado Batallón universitario.
Entre las acciones desplegadas dentro de este movimiento juvenil vale la pena referir la movilización por 45 días en el año 1963 para participar en labores de siembra y recogida de arroz en zonas apartadas de la Ciénaga de Zapata.
Médico, revolucionario e internacionalista
Al graduarse en diciembre de 1969 trabajó en el hospital «Enrique Cabrera». En este centro tuvo estrechas relaciones de trabajo con reconocidos profesores como los doctores Oscar Alonso Chil y Neftalé Taquechel.
En el año 1972 empezó a trabajar el hospital «Carlos Manuel de Céspedes» en Bayamo lugar donde se desempeñó como médico hasta el año 1984 cuando pasa a trabajar en el Cimeq.
Es en este centro donde se le concede la oportunidad de participar directamente en misiones internacionalistas en la República Popular de Angola, Nicaragua y Venezuela.
La primera de estas tuvo lugar en el país africano donde arribó el 17 de diciembre de 1986. En esa nación hermana él estuvo vinculado a la atención médica de la población del Futungo Belas, en el Hospital Galván Soca, el dispensario Civil y directamente con el presidente de Angola José Eduardo dos Santos.
Durante esta misión vivió momentos riesgosos propios de una guerra. En una oportunidad, en 1987, durante una visita que realizó el presidente angoleño al poblado de Maela do Zombo, Uige, el helicóptero en que viajaba sufrió un desperfecto técnico y tuvo que realizar un aterrizaje de urgencia.
Durante este hecho mostró gran valentía según reconocen otros compañeros que estuvieron con él. La situación militar en esa zona era espinosa e incluso fue atacado por fuerzas enemigas donde cayeron miembros de la FAPLA y población civil: Las fuerzas de la UNITA perseguían atacar el pueblo mientras se encontraba el presidente.
Pero como mejor conocemos al profesor es como docente. Siempre estuvo vinculado a la formación de nuevos médicos y especialistas. Poseía vastos conocimientos que actualizaba constantemente.
Poseía la categoría docente de profesor desde el año 1977 y llegó a alcanzar la categoría de profesor auxiliar. Esta última labor lo acercó mucho a los jóvenes quienes los respetaban y querían. Quizás esa, la de ser profesor, y ser médico le hizo que trabajara incansablemente hasta el último momento de su vida, a pesar de que un cáncer diagnosticado hacía cinco años le empezaba a limitar físicamente. Por todo esto, su ejemplo e imagen no será olvidados, como tampoco el deseo que nos inculcó de seguir aprendiendo.
Principales condecoraciones
28 de septiembre (1988)
Servicio distinguido (1988)
Medalla Por la Victoria Cuba-República Popular de Angola (1990)
Medalla Combatiente Internacionalista de Segunda clase (1990)
Servicio distinguido en las FAR (1990)
Distinción X años de Servicio en el Minint (1994)
Distinción Manuel Fajardo (1995)
Distinción XV años de servicio en el Minint (1999)
Distinción XX años de servicio en el Minint (2004)
Orden Alberto Arvelo Torrealba (Venezuela) (2007)
Orden del Libertador (Venezuela) (2008)
Medalla 50 años de los Órganos de la Seguridad del Estado (2011)
Medalla Conmemorativa 60 Aniversario de las FAR (2016)
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