Autor: Lisandra Fariñas Acosta.
El XXX Congreso Centroamericano y del Caribe de Cardiología y el IX Congreso Cubano de Cardiología constituyen espacios necesarios para incrementar el nivel científico de los profesionales de Cuba y la región y hacer de la apuesta por brindar excelencia en salud cardiovascular, una realidad para sus pueblos.
Basta mirar el cuadro de salud de la población cubana, donde las llamadas enfermedades crónicas no transmisibles—y que hoy más de un experto califican como transmisibles desde el punto de vista social y cultural— ocupan los primeros puestos en morbilidad y mortalidad, para comprender la importancia de colocar, en el centro de las prioridades y políticas de salud pública, las ciencias cardiológicas.
No es fortuito entonces que alrededor de 700 profesionales, entre ellos 500 cardiólogos cubanos de todo el país y especialistas vinculados con todos los campos de la salud cardiovascular se den cita hasta este ocho de junio, para intercambiar experiencias y actualizar conocimientos relacionados con la promoción de salud, prevención, tratamiento médico, intervencionista, quirúrgico y de rehabilitación de pacientes con distintas formas de enfermedades cardiovasculares, primera causa de muerte en Cuba y en el mundo, o de personas en riesgo de padecerlas, señaló a Granma el Doctor en Ciencias Eduardo Rivas Estany, Presidente Sociedad Cubana de Cardiología.
«Desde hace más de cuatro décadas, muy seguidas de cerca por los tumores malignos,las enfermedades del corazón constituyen la primera causa de mortalidad en Cuba», dijo.
Según cifras del Anuario Estadístico de Salud del 2017, ocupan este puesto con una tasa de 241.6 por 100 000 habitantes, y 27 176 fallecidos el pasado año.
«Cuando hablamos de las mismas, no solo nos referimos a las del corazón, sino que incluye enfermedades cerebrovasculares, renovasculares, del sistema arterial periférico…», insistió el especialista.
En ellas, refirió, los factores de riesgo son los mismos. «Es una enfermedad sistémica que a veces predomina más en un órgano que otro y la ateroesclerosis es el factor predominante. Lógicamente hay que darle un nivel de atención fundamental a estos padecimientos, con énfasis en su prevención, tratamiento médico y quirúrgico y su rehabilitación, que suelen ser similares para este grupo de enfermedades», explicó.
De ahí que, dijo, «las autoridades de salud apoyan y exigen que el nivel cardiológico en el país sea de primer orden, y estamos y estamos trabajando fuertemente por disminuir la incidencia de las enfermedades cardiovasculares en nuestra población. Se trata no solo de evitar muertes, sino de aumentar la calidad de vida y disminuir las consecuencias que esta epidemia trae para la sociedad, las familias y la economía, con la mortalidad prematura y los años de vida perdidos».
En este empeño, diseminar la tecnología a todo el territorio nacional, a partir de que la especialidad está organizada en las tres regiones: Oriental (Cardiocentro de Santiago de Cuba), Central (Cardiocentro de Villa Clara) y Occidental, con instituciones en la capital como el Cardiocentro pediátrico William Soler, el Instituto cubano de Cardiología y Cirugía Cardiovascular, el Hospital Hermanos Amejeiras y el Centro de Investigaciones Médico Quirúrgicas (Cimeq) ha sido esencial.
Con un programa científico integral, los congresos acogen además otras actividades como el Simposio y Taller nacional de cardiología intervencionista, el Foro global de prevención y rehabilitación cardiovascular, el primer Simposio cubano de falla cardiaca, y el Simposio sobre enfermedades cardiovasculares en la mujer, este último un tema obligado y a tener en cuenta con urgencia.
«La rigidez de la visión centrada solo en el hombre como el de salud cardiovascular “más vulnerable”, ha producido sesgos en el momento del diagnóstico, los métodos de exploración, la valoración de la normalidad en los análisis clínicosy en la aplicación de terapias sin ninguna diferenciación por sexo», coincidieron los expertos participantes en este encuentro.
Los factores de riesgo coronario, las similitudes y diferencias según el género, la presentación clínica de la enfermedad cardiaca isquémica en la mujer, la evaluación diagnóstica actual yel intervencionismo coronario percutáneo en la mujer, e incluso el debate sobre el género como ¿factor de riesgo en cirugía coronaria?, fueron los puntos abordados por los doctores Reinaldo de la Noval, Damaris Hernández, Amalia Peix,Leonardo López y Ángel Paredes.
La principal alerta fue la creciente prevalencia de factores de riesgo como la obesidad, la diabetes, la hipertensión, y el tabaquismo en las mujeres en el mundo, y en nuestro país, lo cual nos obliga a colocar la mirada con enfoque de género, en la especialidad, «y no dar la espalda al corazón de la mujer», plantearon los expertos.
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