Por: Dr.C. Julio César Hernández Perera
Todo hacía indicar que la fiesta de las Olimpiadas en el presente año culminaría en Río de Janeiro, Brasil. Pero no es así: El 8 de octubre de 2016 —un mes después de los Juegos Paralímpicos de Río— tendrá lugar en Zúrich, Suiza, los que ya muchos denominan los Primeros Juegos Olímpicos cíborg, evento que colmará un vacío para quienes, con serias limitaciones físicas, no tenían un lugar o momento para mostrar sus bríos competitivos en unos juegos olímpicos o paralímpicos.
El nombre de cíborg puede resultar poco familiar y sonar a ciencia ficción. El vocablo es una adaptación española del inglés cyborg, acrónimo utilizado para designar aquellos elementos vivos que tienen dispositivos cibernéticos, en una suerte de combinación que busca mejorar las capacidades de un organismo mediante el uso de la tecnología.
Esta historia tiene antecedentes. El primero está en la gran fuerza de voluntad de quienes poseen cierta limitación física, sensorial o síquica que les incapacita para el trabajo o para otras tareas ordinarias de la vida.
El otro antecedente son los indetenibles avances en la microelectrónica y en los semiconductores. Estos han sido cimientos de un gigantesco adelanto tecnológico —aún muy costoso— que han facilitado la creación de implantes médicos basados en materiales «inteligentes», capaces de reaccionar automáticamente a las condiciones cambiantes, y con ello restablecer o mejorar las funciones del cuerpo.
Entre estos ingenios ya se pueden ver artificios como marcapasos, implantes de retina, implantes auditivos y prótesis de extremidades, entre otros. Es un progreso donde se han unido los conocimientos de muchas ciencias —como la Medicina, la Ingeniería Mecánica y la Computación— puestos al servicio de los discapacitados.
A diferencia de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos, en este singular evento se conciertan personas y máquinas para crear un nuevo tipo de «deportista» que realzará el progreso tecnológico. Por eso se reunirán ingenieros, científicos y más de un centenar de participantes que serían llamados pilotos en lugar de atletas, para destacar el papel de la tecnología.
Se competirá en seis disciplinas. Entre estas se destaca una carrera de interfaz cerebro-computadora, en la que los competidores pueden controlar movimientos de una figura en un juego de computadora a través de ondas cerebrales recogidas mediante un casco especial.
En otras de las competencias se pondrán a prueba las habilidades alcanzadas con las prótesis de brazos para realizar actividades cotidianas y básicas, como abrir un pomo de mermelada, rebanar un pan y untarle mantequilla o tender una ropa.
Existen historias olímpicas precedentes muy interesantes, como la del primer deportista olímpico discapacitado. Su nombre fue George Eyser, un gimnasta norteamericano, de origen alemán, quien se destacó en los Juegos Olímpicos de San Luis, Estados Unidos, en 1904.
Este, con una rudimentaria prótesis de madera para suplantar su pierna izquierda, conquistó tres medallas de oro en las pruebas de salto, paralelas y… escalado de cuerda; alcanzó, además, la plata y el bronce en las pruebas de caballo con arzones y barra horizontal, respectivamente. Más allá de estos lauros, es muy probable que Eyser, con su gran voluntad, hubiera encontrado en la contemporánea era de avanzados implantes médicos y complejas interfaces entre el cerebro y las máquinas, otras perdurables posibilidades en unos juegos paralímpicos, y quizá…, hubiera ganado medallas de oro en las primeras Olimpiadas cíborg.