Millones de personas en el mundo padecen de Enfermedad Renal Crónica (ERC), condición clínica derivada de la pérdida permanente de las funciones renales y que puede tener un carácter progresivo, para cuyo tratamiento y control se necesita entonces emplear el método de suplencia conocido como diálisis.
Actualmente, alrededor de tres mil cubanos reciben este tipo de procedimiento que, además de incrementar la supervivencia del paciente, sirve como preparación para el trasplante renal, final ansiado por los afectados y que, sin dudas, repercute positivamente en su calidad de vida.
Con más de 40 años de experiencia profesional, el Doctor en Ciencias Médicas Julio Valdivia Arencibia, Especialista de Segundo Grado en Nefrología, ha dedicado gran parte de su quehacer a investigar y a develarnos lo que supone esa compleja enfermedad, cuya prevención, identificación y control de riesgos asociados son piezas esenciales para el sistema de salud de cualquier nación.
Pero, sin lugar a dudas, uno de los mayores empeños de este galeno es que los pacientes tengan el conocimiento necesario de la ERC y sus tratamientos, para aceptar los cambios que trae aparejado dicho padecimiento y llevar una existencia los más normal posible.
Como bien recalca, también se hace extremadamente importante la prevención de patologías de alta prevalencia en la población cubana, y que pueden desencadenar fallos en los riñones.
“Entre ellas se cuentan la diabetes mellitus, la hipertensión arterial, las enfermedades urinarias, la litiasis, muchas de las cuales llevan a la insuficiencia renal si no son previamente tratadas con efectividad”.
De esos desvelos nació el libro Vivir con diálisis, fruto de la colaboración entre un colectivo de profesionales de la especialidad, y que deviene material bibliográfico de incalculable valor, no solo para el paciente, sino también sus familiares y la comunidad médica en general.
Se trata de que los aquejados aprendan a afrontar esta dolencia tan compleja de la manera más natural posible, aún después de trasplantados, porque aunque sus condiciones de vida cambian, pueden permanecer vinculados a sus actividades sociales, comenta.
En tal sentido, este profesional de la salud, oriundo del municipio villaclareño de San Juan de los Remedios, argumenta que la población tiene conceptos que no son verdaderos sobre el paciente dialítico y se teje un manto de sobreprotección sobre ellos.
Es por ello que el libro también recoge vivencias de personas diagnosticadas con la enfermedad y que a partir de ese entonces luchan por llevarla con el mayor optimismo posible, destaca quien se desempeña actualmente como Jefe del Departamento de Nefrología del Centro de Investigaciones Médico Quirúrgicas (CIMEQ), de la capital.
Con aportes innegables, ese material le valió el Premio a la Mejor Investigación en 2014, otorgado por el Ministerio del Interior como parte de las celebraciones por el Día de la Ciencia Cubana, jornada que se celebra cada 15 de enero en esta nación.
Sin embargo, no solo los reconocimientos del MININT año tras año avalan su prolífico desempeño profesional, Valdivia mereció a su vez el Premio Nacional de la Academia de Ciencias de Cuba en 2010, y la Medalla Carlos J. Finlay a propuesta del Consejo de Estado, por solo citar dos ejemplos.
Y es que también él deviene voz autorizada en Cuba en el tema del trasplante renal, pues lleva más de 20 años dedicado a este complejo proceder, iniciado en la Isla en la década de 1970 y que está sustentado en un Programa Nacional de Trasplante.
En consonancia con la experiencia adquirida, y de conjunto con otros profesionales que han dedicado su labor al desarrollo del trasplante, Valdivia Arencibia también es autor de dos libros de Trasplante renal, línea de investigación que se erige como una de las más importantes dentro de la especialidad.
Asimismo, ha desarrollado extensos estudios relacionados con la especialidad y el tratamiento de diálisis, de los que han derivado textos de la Nefrología en Cuba y Riñón artificial para tiempo de guerra, además de numerosas innovaciones, entre las que destacan equipos de ultrafiltración en hemodiálisis -técnica que introduce en 1979- y máquinas de reúso de dializadores.
Pero ninguno de esos logros han encumbrado a este médico, cuya sencillez se percibe a simple vista; cada día, y con una calidez humana envidiable, se le puede ver en los trajines de la Sala, en estrecha relación con pacientes, familiares y todo un equipo de médicos y enfermeras que lo secundan en esa labor de devolver las esperanzas y calidad de vida a quienes creen que todo está perdido.