Potencialidades de la transferrina como biomarcador pronóstico de la COVID-19

Boletín Científico del Cimeq. 2020 Jul 13; 1 (18): 5

Marlén Mesa González, Dania Piñeiro PérezORCID iD icon, Julio César Hernández PereraORCID iD icon1.

1Centro de Investigaciones Médico Qurirúrgicas, La Habana, Cuba.

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La Facultad de Biociencias de la Universidad de Kent y el Instituto de Virología Médica de la Universidad Goethe de Frankfurt am Main han identificado que la transferrina puede contribuir de manera trascendental al desarrollo de formas graves de la COVID-19.

Prácticamente desde los inicios de la pandemia, uno de los puntos más álgidos ha sido reconocer qué factores se asocian o contribuyen a que mientas algunos pacientes desarrollan síntomas leves o nulos, otras experimentan formas graves y potencialmente mortales de la enfermedad. Hasta el presente se han identificado como uno de los factores de riesgo mejor identificados para el desarrollo de las formas graves de la COVID-19 la avanzada edad, y en menor grado el sexo masculino.

Desde el punto de vista clínico, muchos casos graves de la COVID-19 se caracterizan por presentar trastornos en la coagulación y la aoarición de trombosis.

Con estos conocimientos el equipo de investigadores buscó moléculas que pudieran estar involucradas en las alteraciones de la coagulación de la sangre y que difieran entre mujeres y hombres, y con la edad.

De más de 200 candidatos, se identificó la transferrina como procoagulante, que aumenta con la edad, es más alta en hombres que en mujeres y está sobrexpresada en células infectadas con SARS-CoV-2. Por lo tanto, la transferrina puede tener potencialidades como biomarcador para la identificación temprana de pacientes con la COVID-19 con alto riesgo de desarrollar formas graves de la enfermedad.

La transferrina (también conocida como siderofilina) es una β-globulina compuesta con 687 aminoácidos, con un peso molecular de 79 550 Da. Normalmente transporta iones férricos desde las reservas de hierro de la ferritina intracelular a la médula ósea, donde los precursores de eritrocitos y los linfocitos tienen receptores de transferrina en sus superficies.

La transferrina también puede demostrar un efecto antibacteriano al extraer el hierro de las bacterias que requieren este elemento para su crecimiento.

La mención de la transferrina  en la actual epidemia se remonta desde el mismo momento en que se pensó que la cloroquina e hidroxicloroquina tenían potencialidades en el tratamiento de pacientes con la COVID-19: Uno de sus efectos in vitro es el debilitamiento de la liberación de iones de hierro por la transferrina con lo que se interrumpía la replicación viral.

También se ha observado cómo esta proteína puede promover la coagulación mediante mecanismos independientes del hierro.

Aunque la transferrina se produce principalmente en el hígado, también se puede sintetizar en otros tejidos. Por lo tanto, la transferrina producida localmente (incluída la inducida por el SARS-CoV-2) puede contribuir a la patología de la COVID-19, incluso a niveles de transferrina que circulan independientemente.

En conclusión, el papel de la transferrina en el curso de la COVID-19 debe considerarse y examinarse más a fondo en investigaciones clínicas-patológicas en curso o en el futuro.

 

Bibliografía

McLaughlin KM, Bechtel M, Bojkova D, Münch C, Ciesek S, Wass MN, et al. COVID-19-Related Coagulopathy — Is Transferrin a Missing Link? Diagnostics, 2020; 10 (8): 539. doi: 10.3390/diagnostics10080539