Boletín Científico del Cimeq. 2020 Jul 6; 1 (16): 3-4
Nilda Caridad Bejerano Gil1, Ivian Góngora Cuza1, María Alicia Rodríguez Sotolongo1, Anselmo Antonio Abdo Cuza1.
1Centro de Investigaciones Médico Qurirúrgicas, La Habana, Cuba.
En la actualidad, cuando la COVID-19 ha adquirido un patrón pandémico, una de las principales advertencias dadas por las autoridades sanitarias se relaciona con el oportuno lavado de manos.
Es una práctica que a pesar de conocerse su valía desde la primera mitad del siglo XIX —gracias a la labor del que se ha llamado como el «padre del control de las infecciones», Ignaz Philipp Semmelweis— desdichadamente aún es habitual ver cómo se incumplen sus normas y frecuencia. En aras de detener la propagación del SARS-CoV-2, en los momentos actuales es una de las acciones (básicas) considerada como esencial y económica
En este actual panorama la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Organización Panamericana de la Salud (OPS) han emitido alertas para desplegar un trabajo intenso sobre la base de la adherencia a la higiene de manos por el personal sanitario de todas las latitudes: Por su condición de ser portador y trasmisor potencial del SARS-CoV-2 y de otros patógenos.
Por todo lo antes expuesto se ha hecho imprescindible el cumplimiento de lo que se ha dado a llamar como «los cinco momentos de higiene de las manos»:
- Antes del contacto con el paciente.
- Antes de realizar un procedimiento médico o de enfermería.
- Después del riesgo de exposición a fluidos corporales.
- Después del contacto con el paciente.
- Después del contacto con el entorno del paciente.
En correspondencia con lo impulsado por los organismos internacionales, el Ministerio de Salud Pública y sus instituciones de salud desarrollan una amplia capacitación, acción fundamental e indispensable para ayudar a la adherencia de esta práctica
Es esencial que en los centros hospitalarios se imparten cursos, talleres y empleen estrategias orientadas a los trabajadores de la salud que buscan tener un impacto muy positivo en evitar la transmisión nosocomial de enfermedades infecciosas.
Las acciones de vigilancia y evaluación sistemática del lavado de manos en las diferentes zonas de riesgo epidemiológico deben ser efectivas, incluida la capacitación previa a todos los trabajadores.
Para cumplir esta capacitación la enfermera epidemiológica debe planificar las visitas a las salas y departamentos médicos con visitas sorpresivas. Durante esta acción observa y evalúa la metodología del lavado de manos y la adherencia (con qué frecuencia lo realizan); todo ello sin olvidar otras acciones como la limpieza de superficies, el uso correcto de los medios de protección, las entrevistas de adiestramiento, la constantes acciones de capacitación y el cumplimiento de las normas de aislamiento físico.
Son experiencias de prácticas laborales que sin lugar a dudas ayudan a controlar las infecciones dentro de un centro asistencial.
Bibliografía
Ministerio de Salud Pública de Cuba. Plan para la prevención y control del nuevo coronavirus (COVID-19); 2020.
Organización Mundial de la Salud. Plan estratégico de preparación y respuesta para la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID 19) [Internet]. OPS; febrero 2020 [citado 15/06/2020]. Disponible en: https://www.who.int/docs/default-source/coronaviruse/srp-04022020.pdf
Dejar un comentario