Boletín Científico del Cimeq. 2020 Sep 14; 1 (19): 5-6
Julio César Hernández Perera1.
1Centro de Investigaciones Médico Qurirúrgicas, La Habana, Cuba.
Aún se desconoce cuánto tiempo dura la inmunidad al nuevo coronavirus y se había documentado cómo algunos estudios sugieren que los niveles de anticuerpos disminuyen con el tiempo. Y aunque existían rumores de reinfección causada por el SARS-CoV-2 —en estos reportes no se había logrado descartar la posibilidad de que una segunda infección sea simplemente la continuación de la primera—, estudios diversos insinuaron que los anticuerpos desarrollados pueden evitar las reinfecciones durante al menos tres meses.
Muchas de estas hipótesis empezaron a debatirse tras el reporte del primer caso (demostrado) de reinfección por el nuevo coronavirus a finales de agosto del 2020.
Publicado en la revista Clinical Infectious Diseases, investigadores de Hong Kong refirieron el caso de un joven chino de 33 años que había padecido la COVID-19 a finales del marzo del 2020. En aquella ocasión el paciente presentó manifestaciones clínicas caracterizadas por fiebre, tos, odinofagia, cefalea y fue ingresado en un centro hospitalario. Fue dado de alta hospitalaria a mediados del mes de abril después de documentarse en dos oportunidades la negatividad al coronavirus por estudios de PCR.
Pero 142 días después de presentar este episodio (cerca de cuatro meses) se le reconoció en el aeropuerto de Hong Kong nuevamente la positividad al virus, mientras regresaba de un viaje realizado a España. A diferencia de la primera vez que contrajo la enfermedad, en esta ocasión no tuvo manifestaciones clínicas (asintomático).
Los investigadores estudiaron el material genético de cada una de las infecciones por coronavirus del paciente y buscaron diferencias. Los virus de cada ataque de la COVID-19 diferían en 24 nucleótidos. Esas diferencias indican que el hombre fue infectado dos veces diferentes por dos versiones del SARS-CoV-2: una que está estrechamente relacionada con las variantes que circulan en Estados Unidos e Inglaterra en marzo y abril, y otra relacionada con virus de Suiza e Inglaterra en julio y agosto.
De esta manera se demostraba que la reinfección por el SARS-CoV-2 es posible.
Con este caso se generaron, además, muchas otras interrogaciones e inquietudes centradas principalmente en el papel del sistema inmune frente a la COVID-19 como:
- ¿Es efectivo el sistema inmune para prevenir la reinfección por el coronavirus?
- ¿Qué factores (principalmente inmunológicos) pudieran favorecer una reinfección?
- ¿Cuál sería la evolución clínica de los casos reinfectados?
- ¿Se podría transmitir la enfermedad en las reinfecciones?
- ¿Qué sucedería si las reinfecciones ocurren con relativa frecuencia?
- ¿Esto podría obstaculizar el logro de una inmunidad colectiva (la proporción de la población que debe ser inmune para proteger a otras personas) a través de infecciones naturales?
- ¿Sería realmente útil del desarrollo de una vacuna contra el SARS-CoV-2?
Poco más de una semana después de que el paciente desarrolló los síntomas por primera vez, dio negativo en la prueba de anticuerpos contra el virus. Pero puede haber sido demasiado pronto para que los investigadores detectaran las proteínas inmunes. La segunda vez, tampoco tuvo anticuerpos en sus primeros tres días en el hospital. Dio positivo a los anticuerpos al quinto día, una señal de que su sistema inmunológico se había movilizado rápidamente para combatir el virus.
Aunque se desconoce muchos aspectos relacionados con la competencia del sistema inmune de este caso, los hallazgos apuntaban a una idea que fue compartida por varios científicos: «el sistema inmunológico está haciendo su trabajo para combatir las infecciones, y no se debería pensar que todo el mundo será susceptible a la infección dentro de cuatro meses». Daba esperanzas, además, el hecho de que el enfermo, a diferencia de la primera oportunidad, no desarrolló en su segunda infección manifestaciones clínicas; un hecho que apuntaba a que el sistema inmunológico se activó y evitó el desarrollo de una enfermedad más grave.
También se desconoce si este paciente pudo transmitir la enfermedad durante una reinfección. Según algunos científicos se pueden presentar dos situaciones:
- Las personas que pueden desarrollar algún tipo de reinfección puede ser que no enfermen gravemente si desarrollan una fuerte respuesta inmune, es posible que no se enfermen gravemente, pero aún pueden eliminar el virus e infectar a otras personas.
- Pero también es posible que la respuesta inmunitaria a una nueva infección reduzca la carga viral y con ello la capacidad de que una persona sea capaz de infectar a otra.
Por el momento se necesitan más casos para llegar a conclusiones y dar respuesta a esta pregunta.
Las repercusiones de un nuevo caso reportado en Nevada, EE.UU.
Transcurrió cerca de una semana del primer reporte de reinfección cuando un grupo de investigadores de Nevada, EE.UU. reportaron otro caso de reinfección por el SARS-CoV-2. Pero en esta ocasión existían importantes diferencias que podrían generar mayores preocupaciones: El caso de Nevada presentó en la reinfección síntomas de la COVID-19 considerados como graves.
Aún se desconoce cuán frecuente pueden acontecer las reinfecciones en la COVID-19. Según algunos científicos con cerca de 26 millones de infecciones por coronavirus conocidas en el mundo, hasta ahora, algunas reinfecciones podrían dejar de ser motivo de preocupación
Relativo a la gravedad que puede presentar un paciente reinfectado se ha señalado que la gravedad de la COVID-19 varía enormemente de persona a persona en dependencia de múltiples variables como:
- la carga viral inicial del virus,
- las posibles diferencias entre las variantes del SARS-CoV-2 y
- los cambios en la salud general de una persona.
Con respecto al desarrollo de vacunas se puede estimar que la capacidad de reinfección no significa que una vacuna contra el SARS-CoV-2 no pueda ser eficaz.
De hecho, algunas vacunas, por ejemplo, requieren dosis de «refuerzo» para mantener la protección y no debería implicar que no se vayan a desarrollar vacunas o que no se puede producir una inmunidad natural a este virus.
Como se puede apreciar, aún queda mucho camino por investigar en el curso de una enfermedad que, sin lugar a dudas, ha logrado cambiar la vida del planeta.
Bibliografía
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