Restaurar la tierra, generar oportunidades

El Día de Lucha contra la Desertificación y la Sequía se celebra el 17 de junio, esta fecha fue establecida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), desde 1994 con el objetivo de crear conciencia de la importancia que tiene para los seres humanos, animales, plantas y el planeta abordar y dar soluciones a los problemas de desertificación y sequía, los cuales representan graves problemas presentes y futuros para toda la humanidad. Bajo el lema “Restaurar la tierra. Liberar las oportunidades”, la conmemoración de 2025 arroja luz sobre cómo la restauración de la base de la naturaleza, la tierra, puede impulsar la seguridad y soberanía alimentaria, hídrica, apoyar la acción climática y crear resiliencia económica. Más de la mitad del Producto Interno Bruto (PIB) mundial depende de la naturaleza, por lo que una tierra sana está en la base de economías prósperas.

Sin embargo, este capital natural se agota a un ritmo alarmante, lo que provoca la pérdida de biodiversidad, aumenta el riesgo de sequía y desplaza a las comunidades. Las repercusiones son globales: desde el aumento de los precios de los alimentos hasta la inestabilidad y la migración. Nos encontramos ante uno de los retos medioambientales más acuciantes de nuestro tiempo considerando que el 40% de la superficie terrestre está degradada.

¿Qué es la desertificación y la sequía?

La desertificación es el resultado de una permanente degradación de los suelos, ocasionado por una constante desforestación de los bosques, la salinización, la falta de agua y una sobreexplotación de los acuíferos, que por lo general es producida por las distintas actividades económicas que lleva a cabo el hombre en distintas partes del mundo.

Por otro lado, la sequía representa un cambio o anomalía del clima, que ocurre cuando los niveles del agua están muy por debajo de lo que corresponde en una determinada área geográfica, afectando considerablemente a todas las especies que crecen y se desarrollan en dichas áreas. La principal causa radica en la ausencia de precipitaciones. Es un fenómeno climático extremo que se caracteriza por un período significativamente prolongado de escasez de agua y que tiene un gran impacto sobre la fauna, la flora y la humanidad.

En la actualidad, esto representa un grave problema para la economía y el desarrollo de los pueblos, sobre todo, en los países donde la siembra y la producción agrícola representan una de las principales fuentes de ingresos, que permiten que las personas de escasos recursos puedan llevar el sustento a sus hogares.

Por esta razón, hoy más que nunca se requiere la adopción de políticas de estado que ayuden neutralizar la degradación de los suelos y donde todos los organismos involucrados asuman el compromiso para el logro de este objetivo que garantice el disfrute de todos los recursos que la madre naturaleza nos brinda.

Nosotros podemos contribuir a cuidar, proteger y salvar la biodiversidad y la vida en nuestro planeta, con las siguientes acciones:

  • Participar en actividades de reforestación y restauración del medio natural de la localidad donde vives.
  • No circular en vehículos motorizados, bicicletas y otros medios de transporte, en caminos no autorizados ubicados en áreas verdes y de cultivo.
  • Fomentar buenas prácticas de cultivo y de cría de animales por parte de ganaderos, agricultores y silvicultores, para no afectar las superficies naturales.
  • No construir en lugares no autorizados.
  • No arrojar los desechos sólidos (basura), en lugares no autorizados.
  • Usar el agua de manera responsable.
  • Usar abono orgánico o humus de lombriz.

Cuidar y proteger la naturaleza, es nuestra responsabilidad compartida.