Cuida tu salud: saborea la vida con menos sal.

En el contexto actual, donde las enfermedades no transmisibles (ENT) como la hipertensión arterial y las enfermedades cardiovasculares representan una de las principales causas de mortalidad, es fundamental sensibilizar a la población sobre la importancia de reducir el consumo de sal en la dieta. Este esfuerzo no solo contribuye a mejorar la salud individual, sino que también responde a estrategias nacionales e internacionales para promover estilos de vida más saludables y sostenibles. El consumo excesivo de sal es un factor de riesgo clave para el desarrollo de la hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares y enfermedades renales. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se recomienda un consumo máximo de 5 gramos de sal al día (equivalente a 2 gramos de sodio), sin embargo, en muchos países, el consumo promedio duplica o triplica esta cantidad (OMS, 2020).

La semana mundial de concientización se celebra este 2025 desde el 12 al 18 de mayo. En Cuba, el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) ha identificado la reducción del consumo de sal como una prioridad en su estrategia para combatir las enfermedades no transmisibles, alineada con el Plan de Acción para la Prevención y Control de las ENT 2019-2025, que busca reducir en un 25% la prevalencia de hipertensión arterial y otros factores de riesgo asociados, implementado diversas estrategias para promover la reducción del consumo de sal, entre las que destacan:

  1. Educación y sensibilización: Campañas masivas para informar a la población sobre los riesgos del consumo excesivo de sal y las alternativas para sazonar alimentos de manera saludable.
  2. Regulación y etiquetado: Promoción de políticas que exijan un etiquetado claro y comprensible en los productos procesados, indicando su contenido de sodio.
  3. Colaboración con la industria alimentaria: Incentivos para reducir el contenido de sal en los alimentos procesados y fomentar la producción de opciones más saludables.

La reducción del consumo de sal está directamente relacionada con el Objetivo de Desarrollo Sostenible #3 (Salud y Bienestar), que busca garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades. Además, contribuye al ODS 2 (Hambre Cero), al promover una alimentación más equilibrada y sostenible.

 ¿Cómo podemos reducir la ingesta de sal de manera sencilla pero efectiva?

– Cocinar en casa: utiliza hierbas, especias y limón para sazonar en lugar de sal.

– Evitar alimentos procesados: reduce el consumo de embutidos, enlatados y comidas rápidas, que suelen contener altos niveles de sal.

– Educar a la familia: involucra a todos los miembros del hogar en la adopción de hábitos alimentarios más saludables.

– Leer etiquetas: elige productos con bajo contenido de sodio.

Tener en cuenta:

  • Evitar poner sal adicional a las comidas y no dejar saleros en la mesa.

• Limitar el consumo de ketchup, mostaza, salsa de soya, aceitunas saladas y aliños, así como sazonadores, pues tienen una alta concentración de sal. Reemplácelos con jugo de limón, ajos frescos, especias, hierbas y vinagres.

• Evite el consumo de alimentos procesados como sopas y verduras enlatadas, comidas congeladas y comidas “instantáneas”, caldos concentrados (cubitos de carne y gallina), galletas de soda, etc.

• Es indispensable mantener un peso corporal ideal, realizar actividad física al menos 30 minutos todos los días, consumir frutas y verduras frescas y alimentos bajos en grasas totales y saturadas, limitar el consumo de alcohol y tabaco.

• Se recomienda a las personas que padecen hipertensión arterial acudir a un profesional de la salud para iniciar un tratamiento especializado.

Reducir el consumo de sal es una acción sencilla pero poderosa para mejorar la calidad de vida; así ganamos salud y prevenimos las enfermedades no transmisibles.

¡Sumémonos por una vida más saludable!