La familia tiene la responsabilidad de garantizar el bienestar físico, emocional, educativo y social de los niños. Para lograrlo, es esencial que padres, tutores y otros miembros del núcleo familiar reciban orientación sobre prácticas adecuadas de cuidado infantil. Esto incluye prevenir enfermedades, promover hábitos saludables y manejar situaciones comunes de salud, asegurando así un desarrollo óptimo. Este compromiso está respaldado por diversas legislaciones nacionales e internacionales. La Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), de la cual Cuba es signataria, establece el derecho a la protección y al bienestar básico, garantizando que los menores crezcan en entornos seguros y saludables. En su artículo 18, enfatiza que los padres tienen la responsabilidad primordial en la crianza.
Aspectos clave para el cuidado infantil:
- Hábitos saludables
- Alimentación: Fomentar dentro de lo posible una dieta saludable, reducir el azúcar, los alimentos procesados y priorizar la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses, complementándola luego hasta los dos años o más.
- Higiene: Inculcar el lavado de manos, el cuidado bucal y el baño regular para prevenir infecciones.
- Actividad física: Promover el juego activo y limitar el tiempo frente a pantallas, siempre bajo supervisión.
- Descanso: Establecer rutinas de sueño acordes a la edad del niño.
- Prevención de enfermedades
- Cumplir con el esquema de vacunación.
- Adoptar medidas para evitar contagios y accidentes, minimizando riesgos en el hogar y otros espacios frecuentados por los niños.
- Identificar síntomas de enfermedades comunes y acudir oportunamente a los servicios de salud.
- Salud emocional y desarrollo
- Fomentar un apego seguro, vínculos afectivos y comunicación familiar.
- Estimular tempranamente el desarrollo cognitivo y motor mediante actividades adecuadas.
- Asistir a las consultas de puericultura programadas, donde se evalúa el crecimiento y se brinda orientación a las familias.
En Cuba persiste una brecha cultural que carga principalmente a las madres con las tareas de cuidado. Para transformar esta dinámica, se promueve la corresponsabilidad entre ambos padres y el resto de la familia, respaldada por políticas públicas como la actual licencia de maternidad.
El cuidado infantil es una responsabilidad compartida, ineludible y protegida por la sociedad. Su cumplimiento exige compromiso familiar y apoyo externo para asegurar el desarrollo integral de los niños.
Dra. Olga Lidia Revilla Vidal.
PAMI