El dióxido de carbono es un gas incoloro, inodoro y compuesto por oxígeno y carbono. Sus emisiones son una de las principales causas del calentamiento global. Un problema causado por la actividad humana y agravado por la larga pervivencia del CO2 en la atmósfera. La emisión de gases de efecto invernadero tales como el dióxido de carbono, metano, óxidos nitrosos y clorofluorocarbonos provoca lo que se denomina “calentamiento global”, un fenómeno que está haciendo que el clima cambie aceleradamente de forma anómala, a tal grado que afecta la vida planetaria. Al buscar la causa de esta aceleración existe una relación directa entre el calentamiento global o cambio climático y el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), provocado principalmente por la actividad humana. El CO2 no es un compuesto dañino o nocivo para la salud por sí solo. Es esencial para el ciclo biológico de las plantas y cosechas, por lo tanto, es altamente benéfico y necesario para la vida en el planeta. Al ciclo en el que participa el CO2 se le llama Ciclo del Carbono.
La concentración de CO2 en la atmósfera ha aumentado considerablemente durante los últimos tiempos, su presencia es alarmante, provocando la concentración de gases de efecto invernadero (GEI) trayendo como consecuencia la alteración del clima. Estos gases son: vapor de agua, dióxido de carbono CO2, ozono troposférico, metano, óxidos nitrosos y clorofluorocarbonos. Esto se atribuye a los automóviles, las fábricas y la extracción del petróleo, entre otros. Los impactos ya se están notando con el aumento en la temperatura promedio de la superficie de la Tierra, causando la desglaciación, aumento en las enfermedades respiratorias y cardiovasculares, muerte de flora y fauna, entre otros daños.
Qué podemos hacer para reducir las emisiones y la contaminación por CO2.
- Ser conscientes del impacto de las emisiones de CO2.
- Aumentar nuestra eficiencia energética.
- Plantar árboles.
- Climatización responsable.
- Ahorrar energía en los hogares, instituciones educativas y centros laborales,
- Integrar hábitos de economía circular (reducir, reutilizar y reciclar) contribuye a alargar el ciclo de vida de los productos y establecer un modelo de consumo responsable mucho menos contaminante y más eficiente.
- Calcular la huella de carbono, nos ayuda a identificar las fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero que tenemos en el hogar y establecer hábitos de ahorro más eficientes y sostenibles. En este sentido, en internet se pueden encontrar diversas calculadoras de la huella de carbono, como por ejemplo la de la Organización de las Naciones Unidas.
- Plantar un árbol, la deforestación global ha sido un factor importante en el aumento de las emisiones de carbono. Un árbol es capaz de absorber entre 150 y 3500 kilogramos de CO2 a lo largo de su ciclo de vida. Así pues, la reforestación es una forma accesible y económica de contribuir a la compensación de las emisiones de gases de efecto invernadero.
- Cambiar a iluminación LED, instalando bombillas LED se puede llegar a reducir las emisiones hasta un 40%, sin tener que renunciar a una iluminación de calidad.
¡Juntos podemos mitigar los efectos de la crisis climática!
Autor: Lic. Jorge Pulido Agüero. MsC,