Citando las palabras del Apóstol para referirnos precisamente a él: “La muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida”. Y es que aunque fue corta su vida, no pudo ser mejor aprovechada. José Julián Martí Pérez fue poeta, político, ensayista, periodista y filósofo, además de fundador del Partido Revolucionario Cubano y organizador de la Guerra de Independencia de Cuba. Nació en La Habana el 28 de enero de 1853 y falleció con el alto grado de Mayor General del Ejército Libertador cubano, un día como hoy 19 de mayo de 1895 en Dos Ríos, en la provincia de Granma.
Su gran capacidad de trabajo y palabra persuasiva, le valieron el reconocimiento de la mayoría de sus compatriotas porque supo abarcar un abanico de contenidos tan disímiles que iban desde política hasta literatura, pasando por educación, salud y tantos otros que, le harán sorprenderse, al comprobar la vigencia que poseen en la actualidad.
Al estudiar los aspectos a los que se refirió, nos encontramos con que, sin poseer conocimientos teóricos sobre el tema de la salud, las enfermedades, los hábitos de vida tóxicos, el concepto de medicina y del médico, así como la importancia de la prevención individual y colectiva, realizó varias incursiones en el tema. Los ideales martianos dejarán por siempre valores a internalizar por nuestros profesionales como la solidaridad, el patriotismo, la sencillez, el desinterés, el altruismo, y por sobre todas las cosas, el humanismo.
En el año 1882 Martí planteó: “el arte de curar consiste más en evitar la enfermedad y precaverse de ella por medios naturales que en combatirla por medios violentos, e inevitablemente dañosos para el resto del sistema, cuyo equilibrio es puesto a contribuir en beneficio del órgano enfermo. La higiene va siendo la verdadera medicina, y con un tanto de atención, cada cual puede ser un poco médico de sí mismo. Concepto nuevamente abordado en al artículo “Abono—la sangre es un buen abono”, publicado en el diario La América, de Nueva York, en 1883: “La verdadera medicina no es la que cura, sino la que precave: la higiene es la verdadera medicina”.
Ideario presente en el fundamento de la medicina cubana actual que desde el inicio del Gobierno revolucionario, cambió su óptica de curativa a preferentemente preventiva. Los diferentes programas de salud planificados, organizados y controlados en el país como el de Tuberculosis, Transmisión Sexual, Inmunización, Prevención de Enfermedades Transmisibles y Crónicas No Transmisibles, Reducción de la Morbimortalidad Materno Infantil, entre otros, son muestras de lo anteriormente planteado.
Asimismo, las acciones plasmadas en la actualización del Programa del Médico y Enfermera de la Familia, que llegan a toda la población, identifican los factores de riesgo con vistas a realizar acciones educativas en el individuo, su familia, la comunidad y los diferentes ambientes donde se desempeñan, para promover acciones que disminuyan o desaparezcan estas y así evitar o reducir la incidencia de enfermedades crónicas no transmisibles.
Uno de los espacios más oportunos para trabajar su pensamiento humanista es el desarrollo del tema “La formación ética del profesional de la salud. Los valores morales en la relación médico-paciente”. El humanismo martiano se sustenta en una sólida concepción ética, que debe constituir un referente para todos los profesionales de la salud.
La universidad cubana actual tiene la misión de la formación integral de nuestros profesionales de la salud y los de otras naciones del mundo inculcando valores fundamentales en la sociedad, como son: dignidad, patriotismo, humanidad, solidaridad, responsabilidad, laboriosidad, honradez, honestidad y justicia.
Todo ello permitirá alcanzar un pensamiento científico-técnico que permita satisfacer las necesidades de salud del pueblo cubano, prestando servicios de excelencia y cumpliendo compromisos salubristas en otras naciones del mundo.
Hoy se conmemoran 127 años de su muerte y en homenaje al más genial y universal de los pensadores cubanos, se le rinde tributo de amor, dignidad, libertad y justicia, para seguir reafirmando la continuidad de nuestra Revolución y el socialismo.