El 17 de mayo se conmemora el Día Mundial de la Hipertensión Arterial (HTA), una efeméride que desde el año 2013 ha mantenido vivo el mismo lema “Conozca sus cifras de presión arterial”. La intención de esto, es que muy pocas personas saben a ciencia cierta cuales son sus parámetros en este sentido. Es un trastorno grave que incrementa de manera significativa el riesgo de sufrir cardiopatías, encefalopatías, nefropatías y otras enfermedades.
Se estima que en el mundo existen 1 280 millones de adultos de 30 a 79 años con hipertensión arterial y que la mayoría de ellos (cerca de dos tercios) vive en países de ingresos bajos y medianos, constituyendo una de las causas principales de muerte prematura en el mundo. Según cálculos de la OMS, el 46% de los adultos hipertensos desconocen que padecen esta afección, es de señalar que uno de cada cinco la tiene controlada.
En Cuba según la encuesta nacional de salud del 2019 se encontró una prevalencia global de hipertensión arterial de 37.3%, resultado que al compararse con los del año 2010 muestra un incremento en 6 unidades porcentuales; en tal sentido teniendo en cuenta el acrecentamiento de la expectativa de vida en el país, el hecho de que la frecuencia de HTA aumenta con la edad y el envejecimiento poblacional que existe, se hace necesario potenciar la educación del paciente hipertenso como elemento primordial para el adecuado control de esta enfermedad, así como, la prevención de factores de riesgo asociados a su causa, desarrollo y progresión.
En correspondencia, es relevante promover la medición de la tensión arterial periódicamente debido a que la mayoría de las personas hipertensas ignoran que lo son, pues no siempre va acompañada de síntomas o signos de alerta. Asimismo es importante tener en cuenta que ante la aparición de síntomas como cefaleas matutinas, hemorragias nasales, ritmo cardíaco irregular, alteraciones visuales, náuseas, vómitos, entre otros, se acuda de inmediato al médico.
Los factores de riesgo se pueden dividir en dos grandes grupos: los modificables y los no modificables:
En el primero se encuentran:
-Sobrepeso u obesidad. Más sangre necesitas para suministrarles oxígeno y nutrientes a los tejidos.
-Falta de actividad física. Los individuos que no están físicamente activos tienden a tener una mayor frecuencia cardíaca. Cuanto mayor es la frecuencia cardíaca, más deberá trabajar el corazón con cada contracción, y mayor será la fuerza sobre las arterias.
-Consumo de tabaco. No solo aumenta de inmediato la presión arterial en forma temporal, sino que las sustancias químicas que contiene el tabaco pueden dañar el recubrimiento de las paredes de las arterias.
-Alto contenido de sal y sodio en la dieta. Producen retención de líquidos en el organismo.
-Consumo excesivo de alcohol. Con el tiempo, beber en exceso daña al corazón. Si consume bebidas alcohólicas, hágalo con moderación.
-Estrés. Los niveles altos de estrés provocan un aumento temporal de la presión arterial, pero cuando es mantenido el daño es irreversible.
En el segundo grupo aparecen:
-Edad. El riesgo de tener presión arterial alta aumenta a medida que se envejece. Hasta aproximadamente los 64 años, es más frecuente en los hombres. Las mujeres tienen más probabilidades de desarrollar la patología después de los 65 años.
-Raza. Es particularmente usual en las personas de ascendencia africana y, a menudo, aparece a una edad más temprana en relación con las personas de color de la piel blanca.
-Antecedentes familiares. Suele ser hereditaria.
-Enfermedades crónicas. Pueden aumentar el riesgo de tener presión arterial alta, incluidas la enfermedad renal, la diabetes y la apnea del sueño. El embarazo, aunque es una etapa fisiológica que atraviesa la mujer, los cambios hormonales pueden desencadenar hipertensión gestacional.
Durante el transcurso de la pandemia COVID-19 se han asociado las comorbilidades a un mayor riesgo de tener una evolución desfavorable y superior probabilidad de muerte. Así lo constató un estudio al respecto en Cuba, donde se reflejó además que la hipertensión arterial (HTA) constituye la comorbilidad más frecuente vinculada a la mortalidad por el virus. Por ello desde Prosalud le exhortamos a que continúe cumpliendo todas la medidas necesarias que propician mantenerse alejados de ambos padecimientos. Así se protege usted y su familia.
Tenga presente que un diagnóstico y tratamiento oportuno le salva la vida.