El día mundial del asma se celebró por primera vez en 1998, la participación ha aumentado con cada aniversario, se acordó que fuese el primer martes de mayo, y el día se ha convertido en uno de los eventos de educación y concienciación más importante del orbe, se organiza por GINA (iniciativa Global para el asma). Este año se celebrará el día 3 de mayo, con el lema “Cerrando las brechas en la atención del Asma”, con el objetivo de sensibilizar a la población de las cargas que supone dicha enfermedad, a quien la padece y de la posibilidad de tenerla bajo control, llevando una vida saludable sin limitaciones.
Es una patología crónica caracterizada por ataques recurrentes de “falta de aire” y sibilancias, afecta a personas de todas las edades, es más común en la población infantil y juvenil, disminuyendo su incidencia en la vida adulta, aunque probablemente se incremente de nuevo a partir de los 40 años. En la actualidad, hay unos 235 millones de individuos en el mundo que la padecen.
En Cuba esta afección tiene una tasa de prevalencia de 90.9 por ciento, en los niños, adolescentes y jóvenes es más frecuente en el sexo masculino, no siendo así en los adultos y adultos mayores, que predomina el sexo femenino.
Existen mitos ampliamente mantenidos y conceptos erróneos que impiden disfrutar de un beneficio óptimo de los principales avances en el manejo de esta condición, la verdad es que:
Puede ocurrir a cualquier edad (en niños, adolescentes, adultos y ancianos).
No es infecciosa. Sin embargo, las infecciones respiratorias virales (como el resfriado común y la gripe) pueden causar ataques de asma. O en los niños, se asocia con frecuencia con alergia, pero el comienzo en la edad adulta es con menos frecuencia alérgica.
Si está bien controlada, se pueden hacer ejercicios físicos e incluso practicar deportes de alto rendimiento.
Es a menudo controlable con esteroides inhalados en dosis bajas.
Aunque este padecimiento en sí no se puede prevenir, se recomienda identificar y reducir la exposición a sus desencadenantes a través de medidas generales de control ambiental tales como:
Evitar el consumo de tabaco y el contacto con el humo de este.
Minimizar la aparición de ácaros en la casa.
Liberarse de todas las mascotas con pelo.
Se pueden usar insecticidas, pero asegúrese que el paciente asmático no esté en casa en ese momento.
Evitar contacto con el polen y el moho.
Reducir humedad en casa.
Limitar el uso de productos químicos y no mezclarlos.
Limpiar cada rincón de la casa de forma regular.
Las personas con enfermedades pulmonares no tienen más riesgo de contraer el virus de la COVID-19, pero si se contagian, existen más probabilidades de que desarrollen una infección más grave, por lo que se recomienda que mantengan todas las precauciones para no enfermar. Un punto importante es que: mientras más controlada esté el asma, más leves serán los síntomas en caso de contagio. El cumplimiento del tratamiento juega un papel importante en el control del asma.
Autora: Dra. Yanet Guerra Pineda