En el mes de marzo de cada año se realiza la Semana de Sensibilización sobre el consumo de sal, una campaña mundial que intenta alertar sobre su ingesta excesiva y brindar herramientas para disminuir su presencia en la dieta.
Este longevo condimento, denominado Cloruro de Sodio (NaCl), y popularmente conocido como sal común, curiosamente es la única roca comestible para el ser humano. Se utiliza principalmente para cambiar el sabor de las comidas o como conservante. Esta última cualidad hizo que tomara elevada importancia en civilizaciones antiguas, llegando incluso a utilizarse como moneda de cambio.
En la actualidad la producción, diversidad y accesibilidad creciente de alimentos elaborados, la rápida urbanización y la evolución de los modos de vida están modificando los hábitos alimentarios de la población. Se observa una menor preferencia por frutas, verduras y fibras, en comparación a los productos elaborados. Estos últimos generalmente cuentan con una elevada cantidad de sodio, lo que repercute negativamente en la salud.
Aunque es conocido por todos que se debe ingerir en pequeñas cantidades y que ya viene incorporada en muchas comidas, todavía se hace caso omiso a esas recomendaciones, y las consecuencias son nefastas al pasar los años, se hace visible en la descompensación de la tensión arterial, riesgo de enfermedad cardiovascular, cerebrovascular e infarto del miocardio. Existen campañas en todo el mundo que abogan por la toma de conciencia al respecto, como esta de la Semana de Sensibilización. Sin embargo es evidente que es necesario aumentar el número de acciones para lograr el fin deseado.
Nuestra institución, en su misión de promover bienestar, trabaja para que la población actúe en pos de lo que proporcione una mejor calidad de vida, de ahí que le dejamos a continuación algunos consejos:
- Reduzca gradualmente la sal de sus recetas, el paladar se va a ir acostumbrando.
- Condimente con hierbas, especias, ajo y cítricos.
- Retire el salero y los condimentos salados de la mesa.
- Disminuya la ingestión diaria de fiambres y embutidos para que los más pequeños no se acostumbren a ellos.
Pero también podría :
- Revisar las etiquetas, busque productos con menos sodio (Na).
- Comer fruta de postre en lugar de galletas o panes.
- Aumentar en su dieta las vitaminas, minerales y fibra.
- Colar y enjuagar los alimentos enlatados.
Queremos recordar que la sal, no es mala en sí misma, sino que se considera nociva por la forma en que se usa y se consume, por ello exhortamos a que indaguen, investiguen y se atrevan a experimentar nuevos sabores. Limón, vinagre y muchos otros pueden ser nuevas experiencias que su paladar y su salud agradecerán.
Autor: MSc. Jorge Pulido Agüero.