La Diabetes Mellitus y el consumo de tabaco se han convertido en un creciente problema de salud a nivel mundial. Ambas condiciones provocan un daño generalizado en el organismo y constituyen una de las principales causas de morbimortalidad y discapacidad, lo que genera una carga directa en los sistemas de salud y en las economías de los países. Por lo que se hace necesario una lucha desde todos los frentes para disminuir dichas afecciones y sus negativas consecuencias.
Tanto a nivel global como nacional se convierte en preocupación la alta prevalencia de ambas que se reporta, la tendencia actual muestra cifras similares, siendo la de la primera mencionada de 13,6% a nivel mundial y de 10% en el país y la de la segunda de 24 % y 23,7% respectivamente.
El tabaquismo es una enfermedad adictiva crónica que actúa como factor de riesgo independiente y modificable de las principales Enfermedades No Transmisibles incrementando la mortalidad general así como la mortalidad cardiovascular en tres veces por encima de la de los no diabéticos fumadores.
Por otra parte la Diabetes Mellitus es un padecimiento crónico y degenerativo que se caracteriza por niveles elevados de glucosa en la sangre. Afecta al metabolismo y el funcionamiento de todos los órganos del cuerpo, lo que a la larga produce o favorece la aparición de otras enfermedades.
La primera investigación que reportó la asociación entre ambas fue la realizada por Feskens, en 1989, en un estudio de una cohorte de 841 hombres, en el que después de 25 años de seguimiento, se encontró que el riesgo de tener diabetes aumenta en 3,9 veces para los adictos al tabaco, estudios posteriores han demostrado que las probabilidades pueden llegar hasta un 30 o 40 %.
Es de señalar que el hecho de vivir con aumentados niveles de azúcar en el torrente sanguíneo multiplica por dos la mortalidad por causas cardiovasculares, porque provoca una alteración del endotelio vascular y un aumento del estrés oxidativo que se ve empeorado si a ello se le adiciona el hábito de fumar, pues no solo se induce un aumento en la mortalidad de origen vascular al empeorar o precipitar complicaciones macroangiopáticas (infarto de miocardio, ictus, enfermedad arterial periférica, impotencia sexual) y microangiopáticas (retinopatía, nefropatía) y neuropatía diabética sino que también dificulta el manejo de estas personas al interferir en el control de la glucosa aumentando la resistencia a la insulina. Esto último ocurre específicamente por la acción de la nicotina inhalada que llega en segundos al cerebro y al torrente sanguíneo.
De aquí la importancia de las acciones desarrolladas por el Programa Nacional de Prevención y Control del Tabaquismo con el propósito de reducir la mortalidad prematura en el país, incentivando las acciones de educación y comunicación para concientizar en todo lo referente a los daños que produce y por otra parte los beneficios que gozan los que eligen vivir distanciados de malos hábitos como este. Además, promueve la creación de ambientes libres de humo, que favorecen se disminuya la aceptación social de fumar e influye en la reducción de la iniciación en el consumo y en el deseo de su abandono. Lo que supondrá un ahorro en gastos y un incremento considerable de la calidad de vida. La mejor opción es no empezar, pero si ya fumas, pues, no pospongas más el momento de dejarlo: transfórmate en tu propio héroe salvador e inspira a otros. El cuidado de la salud siempre será lo primero.